1º Día: Novena a la Virgen Consolata

11 de junio

María acepta humilde y obediente la voluntad de Dios sobre Ella. La Consolación se encarna.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos
Señor Dios nuestro.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo…

Oración inicial

Padre Santo, por la intercesión de nuestra Señora de la Consolata, recibe nuestras alegrías, esfuerzos y esperanzas. Danos fuerza para llevar con valor los sufrimientos, las dificultades y fragilidades.

Transforma todo ello en misericordia, solidaridad, justicia y paz, para que podamos gozar en espíritu de familia, de la casa común que Tu nos has dado.

Que, siguiendo a tu Hijo Jesús, sepamos trabajar por el bien de los demás, con la fuerza del Espíritu Santo y la compañía maternal de María que corre presurosa al encuentro de la vida que eres Tú mismo que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Iluminación Bíblica

En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». (Lc. 1,26-28)

Meditación

María es Consolata porque acogió la Palabra creadora y salvadora, que en ella se hizo carne y vino a habitar en medio de nosotros. Creyendo, fue madre de Jesús, que es la Consolación esperada por Israel y la máxima Consolación del género humano.

Por la adhesión de María a la Palabra, la Consolación anunciada y prometida se convierte en realidad. En esto está su singularidad. Otros anunciaron o, como Juan el Bautista, indicaron que estaba presente; y la consolación, María la da al mundo. Jesús es la consolación del mundo, que María acogió con alegría y dio a luz en su parto virginal. Por esto María es la llena de alegría y es proclamada “bienaventurada”, es decir, Consolata.

La Consolata se vuelve consoladora, ante todo cumpliendo con relación a los hombres la función que tuvo al generar al primogénito de la humanidad nueva y al colaborar de modo muy especial en la obra de la Salvación. Es misionera y consoladora porque marca el comienzo de la Iglesia, es su madre y colabora en la regeneración de los hombres.

Propósito: Pidamos a Dios la gracia de descubrir cada día su voluntad y decirle un “Sí” generoso.

A cada invocación se responde:

– María, Madre, ruega por nosotros

  • Virgen María, Madre de Dios.
  • Virgen María, llena de gracia y amor de Dios.
  • Virgen María, mujer de la escucha.
  • Virgen María, llena de la vida de Dios.
  • Virgen María, llena de amor y ternura por los hombres.
  • Virgen María, llena de fe, de esperanza y caridad.
  • Virgen María, comunicadora de la alegría de Dios.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Oración Final

Señor Jesucristo que con inefable disposición has querido que todo lo obtuviéramos por medio de tu Madre María, concédenos benigno poder siempre gozar de la ayuda y de la protección de Aquella que con el suavísimo título de Consolata veneramos con culto. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

  • Nuestra Sra. de la Consolata       Ruega por nosotros.
  • Beato José Allamano                     Ruega por nosotros.

Súplica a la Virgen Consolata

O Consolata, nuestra tierna Madre, nosotros, tus hijos e hijas, nos dirigimos a ti: consuela a toda la humanidad afectada por guerras, violencia y enfermedades, Dirige tu mirada sobre los que sufren, sana a los enfermos, fortalece a los que trabajan por la salud de todos. Acoge en tu amor maternal a los difuntos y consuela a sus familiares.

Ilumina a los gobernantes para que tomen, en cualquier situación, las decisiones correctas por el bien común. Tú, que eres nuestra Consolata, guárdanos en tu amor y acompaña nuestros pasos por los caminos del mundo donde la misión nos pide ser consuelo para la humanidad.

OH, ¡VIRGEN CONSOLATA!, intercede por nosotros ante tu hijo Jesús. Amén.

Novena a Nuestra Señora Consolata
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