9° día: Novena a Nuestra Señora Consolata

19 de junio

En medio de su dolor, pide al Padre que nos consuele

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo…

ORACIÓN INICIAL

Padre Santo, por la intercesión de nuestra Señora de la Consolata, recibe nuestras alegrías, esfuerzos y esperanzas. Danos fuerza para llevar con valor los sufrimientos, las dificultades y fragilidades. Transforma todo ello en misericordia, solidaridad, justicia y paz, para que podamos gozar en espíritu de familia, de la casa común que Tu nos has dado.

Que, siguiendo a tu Hijo Jesús, sepamos trabajar por el bien de los demás, con la fuerza del Espíritu Santo y la compañía maternal de María que corre presurosa al encuentro de la vida que eres Tú mismo que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

ILUMINACIÓN BÍBLICA

Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien el amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa (Jn 19,25-27).

MEDITACIÓN

En medio de la Iglesia naciente, María es vínculo de comunión, sin la cual no hay familia, ni Iglesia, ni eficacia en el apostolado.

El P. Allamano subraya varias veces “ser uno con María”, así como está indicado en los Hechos de los Apóstoles, como actitud de la comunidad en espera del Espíritu Santo.

El amor de María para con los apóstoles, evoca además cuánto haya amado y ayudado a los sacerdotes el P. Allamano, dejándonos el ejemplo de una atención preferencial.

Se multiplican cada día más las situaciones misioneras en las que no se puede brindar más que presencia, como la de María al lado de Cristo sufriente y moribundo, y junto a los apóstoles después de la ascensión.

Propósito: Pidamos apoyarnos en su ejemplo cuando el dolor se haga presente en nuestra vida.

ORACIÓN FINAL

Súplica a la Virgen Consolata

Oh Consolata, nuestra tierna Madre,
nosotros, tus hijos e hijas, nos dirigimos a ti:
consuela a toda la humanidad afectada por guerras, violencia y enfermedades.
Dirige tu mirada sobre los que sufren,
sana a los enfermos, fortalece a los que trabajan por la salud de todos.

Acoge en tu amor maternal a los difuntos y consuela a sus familiares.
Ilumina a los gobernantes para que tomen, en cualquier situación,
las decisiones correctas por el bien común.
Tú, que eres nuestra Consolata, guárdanos en tu amor
y acompaña nuestros pasos por los caminos del mundo
donde la misión nos pide ser consuelo para la humanidad.

OH, ¡VIRGEN CONSOLATA!, intercede por nosotros ante tu hijo Jesús. Amén.

Nuestra Sra. de la Consolata Ruega por nosotros
Beato José Allamano Ruega por nosotros

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