
Estamos en el Jubileo de esperanza, inaugurado por el Papa Francisco del 24 de noviembre de 2024 al 06 de febrero de 2026 en la fiesta de la Epifania del Señor. El Jubileo de Esperanza nos renueva el entusiasmo de fe, nos hace reconciliar con Dios, con nosotros mismos y con el medio ambiente. Asimismo, renueva nuestro compromiso misionero.
Por Lawrence Ssimbwa *
Los santos siempre han sido ejemplos clarísimos de la esperanza en la Iglesia y en todo el mundo. Su amor a Dios y al prójimo ha transformado al mundo de una manera u otra. Por su entusiasmo de fe han pintado al mundo con colores de esperanza. Su ejemplo y testimonio de vida han iluminado la vida de varias personas y sociedades.
Vivir el jubileo de esperanza desde la espiritualidad allamaniana
Podemos decir que San José Allamano fue campeón de esperanza y consolación. Dedicó toda su vida en la dispensación de esperanza y consolación a los pueblos especialmente donde han estado o están presentes los misioneros de la Consolata fundados por él. Sin embargo, es importante hacernos la pregunta: ¿Qué significa ser peregrinos de esperanza con San José Allamano? Seguramente, la espiritualidad allamaniana nos inspira en la vivencia del Jubileo de esperanza. A través de su espiritualidad, san José Allamano sigue inspirando a la Iglesia y a los misioneros en la dispensación de la esperanza al mundo de hoy. A continuación describimos unas inspiraciones desde la espiritualidad de San José Allamano que nos puede ayudar a vivir satisfactoriamente el Jubileo de esperanza:
La santidad de vida de San José Allamano: La santidad es la fuente primordial de esperanza en el seguimiento de Jesucristo. Cada bautizado está llamado a ser santo, porque la santidad es la vocación universal de la Iglesia (LG 39-42). San José Allamano vivió la vida de santidad. Por eso es un santo de consolación y esperanza. El jubileo de esperanza es una ocasión para crecer en la santidad que se radica en el crecimiento hacia las bienaventuranzas (Mt 5: 3-12). Él ha llamado siempre a los misioneros de la Consolata a abrazar la santidad como razón primordial de su ser misionero: “Como misioneros y misioneras se les propone el ideal de ser no solo santos, sino santos en modo superlativo” (Asi los quiero, p. 38). Varios pueblos, personas y familias han sido consolados y esperanzados gracias a él y la entrega de sus misioneros dispersos en el mundo. Recordó siempre a los misioneros de la Consolata a ser santos, tanto es así que llegó a afirmar que son intrusos en el Instituto a aquellos misioneros que no aspiran a la santidad. Para san José Allamano el santo es el mejor agente de esperanza para cualquier sociedad. Asi que, vivir el jubileo de esperanza con san José Allamano es en el primer lugar aspirar a la santidad. Pues, la santidad nos asemeja a Dios, nos hace servirle mejor y a las personas a las cuales estamos enviados. Por lo tanto, vivir el jubileo de esperanza desde la espiritualidad allamaniana es entregarse a la causa consoladora y esperanzadora del reino de Dios como lo hizo san José Allamano.

Vivir el Jubileo de esperanza con san José Allamano es entregarse a la misión adgentes a la cual se dedicó sin reservas. De hecho, san José Allamano es un santo de la misión adgentes. El Fundador de los misioneros y misioneras de la Consolata es muy conocido en cuanto la misión adgentes. La misión adgentes es el anuncio del Evangelio a los pueblos, sobre todo, a los cuales Jesucristo es menos conocido o donde la fe en Él se ha enfriado o abandonado. San José Allamano se dedicó al anuncio del evangelio a los pueblos más allá de su iglesia local, de su país y de su cosmovisión. Se trata del África su primer amor para la misión adgentes. ¡Cuánto bien hizo san José Allamano al continente africano al enviar a misioneros y misioneras de la Consolata a Etiopia, Kenia, Mozambique, Somalia, etc! Es muy claro en san José Allamano que la evangelización de los pueblos es la manera de darles una esperanza creíble. Pues Jesucristo es la esperanza más segura que cada persona debe tener, porque consuela y siempre dignifica.
La promoción humana que es uno de los pilares del carisma de los misioneros de la Consolata es fuente de esperanza y consolación. Es imposible vivir el jubileo de esperanza desde san José Allamano sin tener en cuenta la promoción humana integral. La promoción humana en el contexto de san José Allamano parte de la evangelización y se refiere a la labor de los misioneros de la Consolata enfocada en el desarrollo integral de las personas y de las comunidades donde están evangelizando. Esta promoción humana abarca aspectos sociales y espirituales con el fin de mejorar la calidad de vida y la dignidad de los necesitados siguiente el legado de san José Allamano. Por eso, la evangelización y la promoción integral de las personas es el carisma de los misioneros de la Consolata. Es un sello que los identifica y es un legado que recibieron de su santo fundador. Es importante notar que, la promoción humana consuela sin medida porque tiene que ver con hacer el bien a la personas a la manera de Jesucristo el misionero del Padre. Dice san José Allamano al respecto: “Age quod agis, haz bien todo lo que hagas. Poner todo nuestro empeño en lo que debemos hacer ahora, sin pensar en lo que hicimos antes o en lo que debemos hacer después” (Así los quiero, pg. 44).
San José Allamano subrayó bastante la importancia de imitar la vida de los santos como un camino de esperanza. Los santos son ejemplos de una vida esperanzadora y consoladora que ellos han vivido y han promovido para las personas y los pueblos. Los santos son ejemplos en el seguimiento perseverante de Jesucristo. Vivir el jubileo de esperanza sin imitarlos o pedir su intercesión es perder casi el rumbo hacia la verdadera fuente de esperanza que es Jesucristo. San José Allamano ha recordado a los misioneros y misioneras de la Consolata a imitarlos y pedir siempre la intercesión de estos santos: La virgen María, san José, Esposo de la Virgen María, san Juan Bautista, santos Pedro y Pablo, san José Cafasso, san Ignacio de Loyola, santa Teresa de Ávila, San Fidel Sigmaringa, san Pedro Claver, San Francisco Javier, san Francisco de Sales, los Ángeles custodios, etc. Todos los santos son modelos de la vida cristiana y de una vida vivida con esperanza en Jesucristo, único Salvador del mundo.

Según san José Allamano, la vida espiritual es una fuente segurísima de esperanza. De hecho, en el Jubileo de esperanza, la Iglesia nos invita a crecer profundamente en la vida espiritual para estar de lleno en comunión con Jesucristo. Es importante notar que, la vida espiritual es la vida cristiana en el sentido profundo de comunión con Cristo. San José Allamano promovió bastante el crecimiento de la vida espiritual de los misioneros de la Consolata. Según él, la oración es el fundamento primordial de la vida espiritual con el fin de estar de lleno en comunión con Jesucristo e identificarse plenamente con Él. Además, exhortó a los misioneros y misioneras de la Consolata a fundamentarse espiritualmente en la eucaristía y demás sacramentos, en la espiritualidad mariana, en los retiros espirituales, en el amor a la Palabra de Dios, en las virtudes teologales, etc. Todos esos recursos espirituales son fuentes inagotables de esperanza y consolación. Así que, la vida espiritual cultiva y asegura la esperanza en cada creyente y en los misioneros.
Conclusión
El Jubileo de esperanza es una oportunidad para la renovación personal y comunitaria en el seguimiento de Jesucristo. Igualmente, es una ocasión para renovar nuestro entusiasmo misionero. En la vivencia del año Jubilar tenemos a san José Allamano como inspirador de esperanza por excelencia. Su testimonio de fe en Jesucristo y su entrega a la causa evangelizadora de la Iglesia nos llenan de esperanza y entusiasmo en este tiempo de Jubileo. Desde el cielo nos intercede para seguir apostando por el reino de esperanza y consolación que se fundamenta siempre en el seguimiento de Jesucristo, nuestro Salvador y nuestra fuente de esperanza.
* Padre Lawrence Ssimbwa, misionero de la Consolata ugandés en sevicio en Colombia