
Caminamos y alabamos a Dios por tantas personas, instituciones y organizaciones de la Iglesia y de la sociedad comprometidas con la defensa de los derechos humanos, la justicia social y la paz, afirmando nuestro compromiso con la lucha del pueblo por una vivienda digna.
Por Juan Carlos Greco *
En este sentido acercándonos al Instituto Migraciones y Derechos Humanos (IMDH) que tiene su sede en Brasilia y, en respuesta a la crisis humanitaria de Venezuela, cuenta con una oficina en Boa Vista (Roraima) con quien trabajamos a través de la Articulación de Servicios Eclesiales para Migrantes y Refugiados (ASEMIR), visitamos la comunidad Coromoto, situada a unos 50 km, del centro de Brasilia (a metros del sector “Café sim troco”).
La lucha de esta comunidad (con 128 integrantes de los cuales 37 menores estudiantes) ya tiene más de 6 años. Cuando en 2019 llegaron al Distrito Federal se asentaron cerca de la Rodoviaria interestatal. Luego pasaron al Abrigo que Caritas creo para la población de los indígenas Warao dislocada.
Posteriormente por incomprensiones y una “no adaptación” al mismo, algunos de los actuales integrantes de la comunidad Coromoto se trasladaron a Campinas en San Paulo, retornado nuevamente a Brasilia. Alquilaron aproximadamente 2 hectáreas de terreno hace y hace 2 años iniciaron la comunidad con ayuda principalmente del IMDH, las hermanas Scalabrinianas, el Movimiento Sin Terra (MST) y otros movimientos sociales.

Gracias a la “ayuda alquiles” pudieron pagar el arriendo del primer año sin dificultades. Pero después non lograron pagar y desde noviembre del 2024 tienen una deuda. Actualmente el servicio eléctrico también les fue cortado por falta de pago.
Expresamos nuestra solidaridad con ellos y rezamos para que la providencia pueda ayudar solucionar lo que parece arduo. Rezamos juntos, y luego entregamos el material para que ellos, con ayuda de Gilberto del MST vayan viendo la posibilidad de iniciar la alfabetización en Warao, a la cual pueden participar desde niños hasta adultos. A la distancia, y si alguna vez podemos acercarnos físicamente, deseamos acompañarlos y caminar juntos con otros que a lo largo de este país se han instalado.
Esperanza y solidaridad: Comunidad del Sol Naciente.
El mes pasado la Conferencia de los Religiosos en Brasil (CRB) junto a otras 14 entidades e personalidades do Distrito Federal exigieron al Gobierno local que suspenda las demoliciones de viviendas de la Comunidad Sol Naciente y retire la fuerza policial del lugar y que, a través del diálogo con la comunidad, mediado por los organismos competentes (Defensoría Pública, Ministerio Público…), se responsabilicen, reparen los daños causados a los residentes y presenten soluciones que garanticen el reasentamiento de las familias.

El día 16 de julio había iniciado en el lugar una operación de la Policía Militar que, de forma violenta y brutal, sin ningún diálogo previo, empezó a destruir las casas agrediendo a las personas de la conocida “Fazendinha”, área 3, ciudad administrativa Sol Nascente (DF). La acción se dio hasta con uso excesivo de la fuerza, con el empleo de gas lacrimógeno, balas de goma y la caballería de la PMDF.
La liminar fue obtenida por el abogado y profesor de la Universidad de Brasilia (UnB), Eduardo Lemos, representante legal del Instituto Filhas da Terra. La decisión reconoció el derecho de la comunidad a una vivienda digna y determinó la reanudación del proceso mediante el diálogo.

Testigos afirman que la población fue objeto de un uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad, que afectó principalmente a mujeres y niños. En esta área actúan las Hermanas Misioneras de Jesús Crucificado que viven y llevan a cabo la misión de defender la vida en la Comunidad del Sol Naciente, con las demás religiosas que apoyan los proyectos sociales que se realizan junto a esta comunidad.
La decisión frena la violencia ocurrida, cuando los residentes fueron desalojados sin previo aviso y sin que la SEDES presentara un cronograma. Además, no se ofreció ninguna política social o de vivienda a las familias.,
Expresamos nuestra solidaridad con todos los residentes que fueron víctimas de la acción brutal e inhumana del Gobierno del Distrito Federal.
Nota de la CRB
“Rechazamos indignados la actitud del Gobierno del Distrito Federal y a la policía militar que, en lugar de garantizar la vida, la seguridad y el derecho a la vivienda de las poblaciones vulnerables, actúan con crueldad, con estrategias de guerra contra el pueblo, sobre todo contra los más pobres.
El poder público, que debería salvaguardar los derechos humanos y sociales de todas las personas, entre ellos el sagrado derecho a la vivienda, se convierte vergonzosamente con estas acciones arbitrarias en enemigo del pueblo. Prácticas inaceptables, ya que violan la vida y los derechos de los hijos e hijas de Dios, ciudadanos y ciudadanas que solo quieren tener el derecho a vivir con respeto y dignidad, teniendo un techo para cobijarse con sus familias” (Nota de la CRB, Brasília, 18 de julho de 2025).
* Padre Juan Carlos Greco, IMC, misionero en Boa Vista, Roraima.