
La parroquia Santa Rosa de Lima es una comunidad católica romana ubicada en Freehold, Nueva Jersey. Como parte de la Diócesis de Trenton, es guiada por el Obispo David M. O’Connell, CM. Allí trabajan, junto con el Párroco James Conover, dos misionero de la Consolata, acompañando los migrantes latinos.
Por Jorge Hernán Arias Rojas *
Es una gran fortuna que la Diócesis de Trenton haya dado la oportunidad a los Misioneros de la Consolata, P. Mike Brizio y P. Jorge Arias, de atender a la Comunidad Hispánica de la Parroquia. Somos prácticamente Vice párrocos (Sacerdotes Coadjutores). Celebramos los sacramentos de la Eucaristía, la Penitencia, el Matrimonio, el Bautismo y la Unción de los enfermos. Seguimos y animamos los grupos devocionales y dialogamos con grupos e individuos.
También trabajamos como capellanes del Monmouth County Correctional Institute visitando y dialogando con los detenidos y celebrando la Santa Misa y el sacramento de la Penitencia, con ellos.
Al principio de la pandemia todo fue suspendido en la Parroquia, luego por un tiempo, tuvimos Misas en vivo con sacerdotes y ministros, uno o dos músicos y un cantor. Últimamente hemos estado celebrando Misas Publicas con un total de cincuenta personas, incluyendo al sacerdote, dos ministros, un cantor-músico y cinco acomodadores. Hemos estado celebrando matrimonios, pero solo con el rito. Ahora estamos celebrando Bautismos, pero solo con ocho niños con sus padres de familia y padrinos.
Comparto con Ustedes la reflexión que se publicó en el Boletín de la Parroquia el domingo 22 del tiempo ordinario, basado en el Evangelio de Mateo 16, 21-27:
“Esta es la historia de su sueño de ir al Campamento Espacial de la NASA en Huntsville, Alabama. Puede que eso no parezca gran cosa, pero Space Camp está diseñado para niños superdotados y talentosos, no para niños que encuentran difícil la escuela. No fue fácil lograr que el campamento aceptara a estos niños. Nadie esperaba que les fuera bien. De hecho, sus maestros pasaron un año preparándolos y tenían esperanzas.
Al final resultó que, a los niños de Educación Especial les fue muy bien. Compitiendo contra los mejores y más brillantes, los estudiantes de Educación Especial se llevaron más premios que nadie. La razón fue que, trabajando durante un año hacia un objetivo común, dejaron de pelear entre ellos y empezaron a ayudarse. Aprendieron a dejar de concentrarse en sí mismos y empezar a concentrarse en la tarea y en los demás.

La mayor sorpresa fue el premio Right Stuff. La mayoría de los premios se entregan a equipos, pero el premio Right Stuff se otorga a una persona, al estudiante que mejor muestra las características de un verdadero astronauta, al niño que demuestra el mejor liderazgo.
Otorgaron el premio Right Stuff a Scott Goudy, quien, en palabras de su maestro, “apenas un año antes había encontrado su mayor placer en tocar las heridas de sus compañeros de clase”. Pero, durante el año de preparación, Scott había aprendido a preocuparse por los otros niños. Se había convertido en un líder.
Cuando Scott recibió el premio Right Stuff, lo primero que hizo fue conseguir un par de tijeras. Luego, silenciosamente, hacia un lado sin ser visto, Scott cortó la cinta Right Stuff en veinte pedazos. Más tarde, en una fiesta de la victoria, le dio un trozo de cinta a todos los niños del equipo.
¡Los profesores de Scott quedaron atónitos! Pero luego se dieron cuenta de cuánto había crecido Scott durante su año de preparación y durante la semana del campamento. También se dieron cuenta de que las personas en el campamento, observando desde el fondo, vieron lo que estaba sucediendo y recompensaron a Scott por su buen trabajo, su servicio desinteresado y su liderazgo solidario. Ellos ven niños inteligentes todos los días. El coeficiente intelectual genio no es nada nuevo para ellos. Lo que buscaban era a un niño dispuesto a hacer sacrificios por el equipo. Scott hizo eso y la gente del campamento se dio cuenta.
La conclusión de nuestra lectura del Evangelio es que Dios también se da cuenta. A Dios no le importa el genio. A Dios no le importa la riqueza. Dios se preocupa por la SOLIDARIDAD. Dios se preocupa por el AMOR. Dios se preocupa por el SERVICIO a los demás.
* P. Jorge H. Arias R. es Misionero de la Consolata en los Estados Unidos