“San José Allamano entendió que la fuerza de la Misión no reside solo en el celo individual, sino sobre todo en la comunión. Dijo claramente: ‘El Instituto es una familia; Debéis vivir como verdaderos hermanos. Sois todos hermanos y hermanas, y debéis prepararos para vivir juntos y luego trabajar juntos durante toda la vida. Deberíamos tener un espíritu de cuerpo hasta el punto de dar la vida los unos por los otros’” (Los quiero así, cap. 7, 134).
“El espíritu de familia es un don y una tarea: nace del Espíritu Santo, pero crece en el compromiso diario de acoger, compartir y caminar juntos. Cuando vivimos juntos, nuestra diversidad se convierte en riqueza y la misión en comunión”.
Estas palabras introducen la décima meditación en el camino de preparación al Centenario de la muerte de San José Allamano, que se celebrará el 16 de febrero de 2026.
“Cuando vivimos en este espíritu, dejamos de ser solo individuos unidos por un ideal y nos convertimos en una verdadera familia misionera, unida por el Espíritu y por la Consolata, Madre y modelo de comunión”.
Vea a continuación el texto completo de la décima reflexión para el mes de diciembre.
Acceda a todas las reflexiones, en diferentes idiomas, en: giuseppeallamano.consolata.org
