
El Papa Francisco ha dirigido un mensaje especial para la Cuaresma de este año, enmarcado en el Jubileo 2025. En él, invita a los fieles a emprender un camino de conversión basado en tres pilares: el caminar en la fe, la sinodalidad y la esperanza en la promesa de Dios. A través de preguntas reflexivas, el Santo Padre llama a una renovación espiritual que transforma la vida personal y comunitaria.
Por Santiago Quiñónez *
Con la imposición de las cenizas, los católicos de todo el mundo inician la Cuaresma, un tiempo de preparación espiritual que nos conduce hacia la Pascua. En su mensaje para este tiempo litúrgico, el Papa Francisco invita a los fieles a vivir la Cuaresma como un “camino de conversión” en el que la esperanza y la sinodalidad juegan un papel central.
“La Iglesia, madre y maestra, nos invita a preparar nuestros corazones y a abrirnos a la gracia de Dios para poder celebrar con gran alegría el triunfo pascual de Cristo”, afirmó el Santo Padre en su mensaje, destacando la importancia de este periodo como una oportunidad para renovar la fe y la vida cristiana.
Una peregrinación de fe
El Papa Francisco ha vinculado el lema del Jubileo 2025, “Peregrinos de esperanza”, con la travesía del pueblo de Israel hacia la Tierra Prometida. De esta manera, anima a los creyentes a preguntarse si están realmente en camino hacia una vida más plena en Dios o si se han quedado inmóviles en sus seguridades y temores. “Cada uno puede preguntarse: ¿Estoy realmente en camino o un poco paralizado, estático, con miedo y falta de esperanza?”, planteó el Pontífice.
Este llamado interpela no solo a nivel individual, sino también comunitario. Francisco exhorta a los fieles a mirar con compasión la realidad de los migrantes y los refugiados, recordando que todos somos peregrinos en esta vida y que la conversión pasa también por el compromiso con los más vulnerables.
La sinodalidad: caminar juntos
Otro de los ejes del mensaje papal es la sinodalidad, es decir, la vocación de la Iglesia a caminar unida. “Los cristianos están llamados a hacer camino juntos, nunca como viajeros solitarios”, señala el Papa. En este sentido, advierte sobre el peligro del individualismo y subraya la importancia de escuchar, acompañar y trabajar en comunidad, sin dejar a nadie atrás.
La Cuaresma, explica el Pontífice, es un tiempo propicio para examinar cómo se vive esta dimensión en la vida cotidiana: en la familia, en la comunidad parroquial, en el entorno laboral. ¿Somos capaces de acoger a los demás? ¿Trabajamos juntos por el bien común o nos encerramos en nuestras propias preocupaciones? Estas preguntas, según Francisco, pueden ayudarnos a dar un paso más en nuestro camino de conversión.
Esperanza que no defrauda
Finalmente, el Papa hace un llamado a vivir la Cuaresma con la mirada puesta en la esperanza cristiana, que se fundamenta en la resurrección de Cristo. Citando a Benedicto XVI, Francisco recuerda que “el ser humano necesita un amor incondicionado”, un amor que solo Dios puede dar y que es la base de la fe cristiana.
La invitación de este tiempo es, por tanto, a confiar plenamente en Dios, a reconocer la necesidad de su perdón y a actuar con coherencia en el compromiso por la justicia y el bien común. Como expresó el Papa, “Jesús, nuestro amor y nuestra esperanza, ha resucitado, y vive y reina glorioso”.
María, Madre de la Esperanza
El mensaje concluye con una oración a la Virgen María, a quien el Papa llama “Madre de la Esperanza” y a quien encomienda a toda la Iglesia en este camino cuaresmal.
Con estas palabras, Francisco ofrece una guía espiritual para vivir la Cuaresma con profundidad y compromiso, en un itinerario que nos prepara para la alegría de la Pascua.
→ Lea integralmente el Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2025: Caminemos juntos en la esperanza.
Santiago Quiñónez, Oficina de Comunicaciones IMC Colombia *