Inicia el segundo curso de formación Continua en Roma

Celebración inaugural del Curso G25 en la Casa General del IMC en Roma. Foto: Jaime C. Patias

El Departamento General para la Formación desarrolla del 1 al 27 de septiembre en Roma, el segundo curso de formación permanente para misioneros de la Consolata que, en este sexenio, celebrarán 25 años de ordenación sacerdotal y/o profesión religiosa. El primer curso, en italiano, se realizó en el mes de mayo de 2025; también está previsto un tercer curso en septiembre de 2027.

Por Jaime Patias *

Participan del curso en la Casa General 15 misioneros (14 padres y 1 hermano) procedentes de África, América Latina y Europa. Forman parte del Departamento General para la Formación el Consejero General, padre Mathews Odhiambo Owuor, y los padres Antonio Rovelli y Ernesto Viscardi, que coordinan los trabajos.

Misa de apertura

La misa de apertura del curso, el pasado lunes 1 de septiembre, fue presidida por el padre Mathews Odhiambo, quien en su homilía invitó a los misioneros jubilares a «ser peregrinos de la esperanza, llevando la luz de Cristo a los que están perdidos y sufren». Los elementos de este Año Jubilar nos estimulan a reflexionar sobre cómo podemos ser instrumentos de esperanza en nuestros contextos, convirtiéndonos así en «¡Peregrinos Misioneros de Esperanza!», llevando el amor y la compasión de Cristo a quienes más lo necesitan», afirmó.

Estos cursos se realizan en respuesta al mandato del último Capítulo General de 2023 (XIV CG 53-64), que pidió a la Dirección General «organizar un programa de acompañamiento y cuidado de los misioneros a lo largo de toda su vida, a través de iniciativas de formación continua, especialmente con motivo de los aniversarios jubilares».

Para afrontar el riesgo de caer en la rutina y perder todo entusiasmo, «es necesario establecer un período prolongado de alejamiento de la vida ordinaria para “releerla” a la luz del Evangelio y del pensamiento del Fundador, San José Allamano, canonizado en 2024», recordó el padre Mathews.

Por otro lado, el Consejero General insistió en que «Su vida y sus enseñanzas siguen inspirándonos, recordándonos que nuestra primera vocación es la santidad». El Fundador nos enseñó a ser «Primero santos, luego misioneros», tema que inspira la programación del Curso G25. «Al reflexionar sobre los 25 años de servicio, piensen en cómo pueden encarnar esta vocación a la santidad hoy más que nunca».

Al comentar el Evangelio del día, precisamente sobre el Plan Misionero de Jesús (Lc 4, 16-30): anunciar la buena nueva de la salvación a los pobres, sanar los corazones rotos y proclamar la libertad a los cautivos, el padre Mathews recordó que esto «es un poderoso llamamiento a nuestra misión ad gentes como Instituto. Estamos llamados a ser «Misioneros Peregrinos de Esperanza», otro tema que inspira este curso.

El objetivo general

En el librillo de presentación del Curso G25, basado en algunas motivaciones, los organizadores recuerdan que, para nosotros, los religiosos, «la formación continua es una oportunidad única para dejarnos transformar por la experiencia pascual del Señor Jesús, hasta el punto de desear morir «para estar con Cristo», en coherencia con la elección original de la propia vocación. La formación permanente es un requisito intrínseco de la consagración religiosa. El religioso no puede considerar completa la formación del «hombre nuevo», ya que está llamado a experimentar en su interior, en todas las circunstancias de la vida, los mismos sentimientos de Cristo».

En este sentido, el objetivo general es «promover, actualizar y proporcionar conocimientos, crecimiento pastoral humano-espiritual y experiencia a los misioneros para que puedan vivir plenamente su vocación religiosa. El propósito es mejorar su capacidad de discernir y desarrollar las competencias específicas que requiere su papel y competencias en la vida y la misión.

Al finalizar este programa, los participantes serán capaces de reavivar y fortalecer su opción fundamental por la Vida Consagrada en el Instituto; reconocer y acoger el potencial y los dones que Dios les ha dado; alcanzar una comprensión más profunda de la espiritualidad y la Vida Consagrada.

«Se necesita fuego para ser misioneros»

La primera sesión de trabajo, el pasado lunes 1 de septiembre por la mañana, se dedicó a una celebración inaugural en la entrada de la Casa General, desde donde los participantes partieron en procesión hacia el salón de las columnas. La peregrinación tuvo dos paradas con gestos simbólicos: la purificación mediante el lavado de manos y el encendido de incienso. Mientras cada misionero realizaba el gesto simbólico, recordaba la frase repetida varias veces por el Fundador: «Se necesita fuego para ser buenos misioneros», un ardiente deseo de ser misioneros fervientes y celosos y de llevar a muchos al encuentro con Jesús.

Tras la bendición y las palabras de bienvenida, cada misionero tuvo la oportunidad de presentarse en un rico intercambio sobre la vida y la misión. El padre Antonio Rovelli y el padre Ernesto Viscardi expusieron al grupo el programa del curso, la metodología y la lista de ponentes invitados para los diferentes temas previstos.

Por la tarde, los diferentes grupos de servicio (animación, música, liturgia, cronometrador, comunicación y comité editorial) se reunieron para organizar sus tareas durante el programa del curso hasta el 27 de septiembre.

* Padre Jaime C. Patias, IMC, Departamento de Comunicación.

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