Discernimiento sobre la Vida Consagrada hoy

Padre Paulin Batairwa Kubuya, SX, Subsecretário do Dicastério para o Diálogo Inter-religioso da Santa Sé. Foto: Jaime C. Patias

La importancia del discernimiento en el contexto de la formación permanente, necesaria para la renovación misionera ante los nuevos retos y oportunidades. Este fue el tema del estudio realizado, el lunes 12 de mayo, en el programa del curso de formación continua que reúne en Roma a 16 misioneros de la Consolata procedentes de diversas partes del mundo.

Por Peter Githaiga Njoroge *

La reflexión estuvo a cargo del misionero javeriano y Subsecretario del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso de la Santa Sede, el padre Paulin Batairwa Kubuya. Originario de la República Democrática del Congo, tras su formación religiosa en Bukavu, el religioso fue enviado a Filipinas. Posteriormente, pasó 20 años entre China y Taiwán, dedicándose al diálogo interreligioso. Nombrado por el Papa Francisco, trabaja en el Dicasterio en Roma desde 2020.

El padre Paulin aclaró que sus consideraciones «no provienen de un trabajo académico sistemático sobre la Vida Consagrada, sino más bien de experiencias personales y reflexiones maduradas a lo largo del camino, particularmente en el contexto asiático». Y añadió: «todo este recorrido se ha hecho con mucho discernimiento que ha modelado mi vida de religioso misionero ad gentes, en el campo específico del diálogo interreligioso».

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Esta actitud se aplica muy bien al grupo que celebra los 25 años de ordenación sacerdotal y/o profesión religiosa, que hace una pausa en su actividad misionera, como los primeros discípulos que vuelven para contar su experiencia al Señor, conscientes de la necesidad de seguir escuchando y discerniendo, siguiendo al Maestro que no cesa de llamar y enviar.

En este sentido, el ponente recordó que «el discernimiento consiste en reconocer e identificar la voluntad de Dios, su plan para cada uno de nosotros, para nuestro bien y el de los hermanos y hermanas que nos rodean. Discernir significa dejar que nuestros ojos contemplen el plan de Dios para la humanidad, para el mundo en que vivimos, y el papel que cada uno de nosotros, como individuos o como comunidad, está llamado a desempeñar para hacerlo concreto y visible en la historia».

A la luz de los objetivos del curso, el misionero javeriano afirmó que «en el contexto de la formación permanente, es importante subrayar el carácter permanente del discernimiento: no se trata de un momento aislado, sino de una actitud permanente del creyente. De hecho, la búsqueda de la voluntad de Dios y el deseo de encarnarla concretamente en la propia vida representan una dimensión constante de la vocación cristiana».

El discernimiento, reiteró el padre Paulin, «no es sólo un ejercicio intelectual o espiritual, sino que se traduce en un camino concreto de crecimiento personal y comunitario, guiado por ciertos objetivos fundamentales».

A continuación, la jornada estuvo marcada por momentos de rico compartir en grupos que revelaron en los participantes del curso, la alegría de pertenecer a la familia de la Consolata. Por supuesto, no faltaron menciones a los desafíos y vulnerabilidades que forman parte de la vida religiosa y misionera.

* Padre Peter Githaiga Njoroge, IMC, misionero en Kenia. 

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