El año nuevo según San José Allamano

Una de las cosas que causa alegría en la mayoría de los pueblos del orbe, es la celebración del fin del año y la entrada al nuevo año. Es por eso que en varias culturas del mundo, se hace la fiesta del fin del año para luego dar la bienvenida al año nuevo.

Por Lawrence Ssimbwa *

La celebración del fin del año es normalmente acompañada por las fiestas de acuerdo al contexto de cada lugar, quema de pólvoras y fuegos artificiales, reuniones familias, entre otros. San José Allamano, fundador de misioneros y misioneras de la Consolata, es uno de los santos que reflexionó mucho acerca del significado de la celebración del año nuevo. Según él, el año nuevo tiene que ver con lo siguiente:

Oportunidad para empezar todo con energía

El año nuevo es una gracia que el Señor nos regala para trabajar con entusiasmo en lo que se ha proyectado  y soñado. El entusiasmo es un estado de ánimo y una fuerza  que hace que una persona sienta el deseo de realizar actividades y sentirse incentivado por ellas. San José Allamano subraya la importancia de empezar el año nuevo con energía y entusiasmo en “cada momento, sin desanimarnos nunca” (Así los quiero, pg 104).  La energía y el ánimo, son dos elementos significativos para la ejecución de los proyectos personales y pastorales a favor de la misión. No se trata de tener energía por unos momentos, debe ser algo constante. Pues la constancia permite conseguir lo que se ha proyectado en la misión.

Tiempo para pensar en el presente

El año nuevo es tiempo para fijar nuestra mirada en el presente. El presente que está en nuestras manos es el año actual. Todo lo que se proyecta, todo lo que se piensa mejorar y corregir, serán realizados en este año. Por eso, san José Allamano nos aconseja que en el año nuevo “no debemos pensar en el pasado;  el presente está en nuestras manos” (Así los Quiero, p. 105). El año presente nos permite evaluar el recorrido realizado en el año pasado, para que se pueda ofrecer los mejores servicios pastorales-misioneros. Pensar en el presente nos permite planear mejor las tareas evangelizadoras que nos corresponde, y responder a la misión de acuerdo a la realidad que nos rodea.

Oportunidad para utilizar bien la gracia de cada tiempo

Según el Catecismo de la Iglesia Católica, no. 1996, la gracia es “el favor, el auxilio gratuito que Dios nos da para responder a su llamada: llegar a ser hijos de Dios”.El Señor en cada año nos regala las gracias necesarias para poder responder a las exigencias de su Reino. San José Allamano esclarece que el “tiempo pasa y no regresa. Si no estamos atentos en responder a la gracia de cada uno de los momentos que componen un año, no podremos volver atrás para recuperarla; como el tiempo, la gracia que no sabemos recibir en su momento, se pierde para siempre” (Asi los quiero, p. 105). Así que, se debe aprovechar a cada momento del año para hacer el bien en pro de la construcción del Reino del Señor.

 Oportunidad para reparar nuestras debilidades

“En este nuevo año es necesario que nos comportemos como si fuera el ultimo de nuestra vida” (Así los quiero, p. 105). El año nuevo es una oportunidad dorada para mejorar nuestros comportamientos. Es una oportunidad para mejorar nuestra relación con Dios y con el prójimo. Es una oportunidad preciosa para hacer el examen preventivo con el fin de reparar las debilidades pasadas que tal vez, no nos hicieron brillar bien en nuestro ser de consagrados y evangelizadores. Es una oportunidad para reflexionar sobre la razón de ser de nuestra misión en la Iglesia. En fin, el año nuevo es una ocasión propicia para hacer bien las cosas en pro de la evangelización de los pueblos y la construcción del Reino de Dios en los lugares que Él nos ha confiado.

Conclusión

Al iniciar el año nuevo, vale la pena tener en cuenta los consejos de  san José Allamano: “Es importante apuntar bien la mira. Tratemos de pasar este nuevo año lo mejor posible; si habrá debilidades, tratemos de repararlas enseguida, que no haya ningún día inútil. ¡Que el nuevo año sea un año con tantas bendiciones para nuestros institutos, para las misiones, para los misioneros y las misioneras” (Así los quiero, p. 106). Que la Virgen Consolata y san José Allamano intercedan por los misioneros y la obra evangelizadora del Instituto en este año 2025.

* Padre Lawrence Simbwa, IMC, es misionero de la Consolata en Colombia

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