
Ordenación diaconal de John Tusabe y Erasto Kabogo, misioneros de la Consolata, en Argentina.
Por Marcelo De Losa *
El sábado 03 de septiembre en el paraje El Bananal, Yuto, provincia de Jujuy, Argentina, fueron ordenados diáconos por el obispo Mons. César Daniel Fernández dos misioneros de la Consolata africanos.
John Tusabe, oriundo de Uganda, y Erasto Kabogo, de Tanzania, han realizados sus estudios filosóficos y el noviciado en África, continuaron con sus estudios de teología en el CAF (comunidad apostólica formativa) de Mendoza, Argentina, y realizaron su año de pastoral en la provincia de Jujuy: John en la parroquia Virgen de la Medalla Milagrosa, en Alto Comedero, Jujuy, acompañando la pastoral juvenil; y Erasto Kabogo en la parroquia de San Miguel Arcángel en Yuto, acompañando la pastoral aborigen de los guaraníes.
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Los misioneros de la Consolata han elegido realizar la ordenación diaconal en medio de los guaraníes para resaltar su compromiso con los pueblos originarios del norte de la Argentina. La ordenación fue una verdadera fiesta acompañados por las comunidades de Caimancito, Vinalito, El Talar, Yuto y El Bananal, junto con un grupo de misioneros de la Consolata, sacerdotes diocesanos dedicados a la pastoral aborigen y dos seminaristas diocesanos.
Servicio al pueblo de Dios
“El diaconado es un sagrado orden en nuestro camino ministerial al sacerdocio”, recordó John. Diaconía “significa servicio, servicio a la Iglesia y caridad para con todos, sirviendo especialmente a los más necesitados, a los enfermos, llevando la Palabra, haciéndonos servidores de los demás por amor. Por eso hemos elegido como lema: ‘el que es mayor entre ustedes será el que sirva a los demás’”, afirma el nuevo diácono.
Por su parte Erasto nos explicó así el lema que han elegido para su consagración, que fue extraído del Evangelio de Mateo 23,11: “El diaconado es un servicio, que el más grande entre ustedes se haga el servidor de todos, es un servicio que marca toda mi vida, me estoy dando a mí mismo, ofreciéndome al Señor a través del servicio; ¿servicio a quién? A todos, el pueblo de Dios. Eso significa para mí la ordenación, ser el servidor, ser el más humilde. Esto aprendí también de los guaraníes, porque ellos valoran mucho la naturaleza, el trabajo y el servicio. Así como ellos trabajan cada día y se preocupan por sus familias pidiendo la bendición a la madre tierra, también nosotros nos tenemos que preocupar y trabajar por la vida espiritual de la comunidad, con el espíritu del servicio, de la familia y el trabajo”.

El obispo Fernández desde su homilía los exhortaba diciendo que “su misión es hacia todos los pueblos, hacia todos los hombres, estar siempre disponibles para hacer presente la Palabra de Dios, allí donde la vida de Dios no esté siendo vida de la vida de los hombres. A ejemplo de Jesús que se comportó como servidor de sus discípulos, de todo corazón hagan cada día la voluntad de Dios, sirviendo con amor y alegría al Señor y a los hombres. Nunca pierdan la esperanza que proviene del Evangelio, siembren incansablemente la palabra de Dios y sobre todo practiquen esa palabra que van a anunciar. Que el Señor haga de ustedes un evangelio vivo, una palabra viviente para los demás, siendo realmente testigos y misioneros del amor del Padre, siendo verdaderos servidores cada día hasta el fin, para toda la vida”.
* P. Marcelo De Losa IMC es misionero en Argentina