En la Amazonía: sinodalidad es minga

Carlos Alberto Zuluaga – CAZ, misionero de la Consolata, artista oficial de la Minga

Minga, manera de actuar (vivir) en contextos culturales andinos y amazónicos que define encuentros de diversos actores, saberes y herramientas en busca de un objetivo común; trabajos comunitarios; organización para la resistencia sociopolítica, etc.

Salvador Medina*

De acuerdo con el Calendario amazónico, o sea el Calendario de la Vida, acontece, en el tiempo de Dios, la II Minga Amazónica Fronteriza, el 9 y 10 de noviembre en el Calendario Gregoriano, usado actualmente en Occidente, en la localidad de Puerto Leguizamo, centro administrativo, comercial, militar y religioso de la Amazonía colombo-peruana-ecuatoriana.

Minga en algunas lenguas del territorio

Pueblos en convivencia

En la sabiduría que viene construyéndose desde hace siglos en los pueblos ancestrales que habitan este territorio, ha sido convocada está minga o trabajo comunitario, en unidad de intenciones e intentos.

La II Minga Amazónica Trifronteriza nos encamina hacia ese gran anhelo, para que así, “todos en Cristo tengamos vida en abundancia”, indígenas, afrodescendientes, campesinos, urbanos, colombianos, peruanos, ecuatorianos, migrantes o residentes, nativos o colonos.

Para todos, este rico, colorido y variado territorio se ofrece como “casa común” que puede ser usada en fraternidad, disfrutada en amistad y cuidada con responsabilidad.

Con Jesús en el territorio

Fernando Florez, misionero de la Consolata en la frontera colombo peruana

“Todo lo que le pasa a la Tierra, les ocurrirá a los hijos de la tierra”, fueron palabras que introdujeron el camino de reflexión en torno al territorio que habitamos, lugar sagrado de la vida. Memoria, resistencia y relatos, son la síntesis de la experiencia del Pueblo de Israel que ha construido su historia.

Un pueblo que vive la cercanía de un Dios que camina con ellos, un pueblo pequeño pero que camina juntos, con altibajos pero que luchan y perviven desde lo que creen los hace fuerte, con una identidad propia. Una historia que nos enseña “el arte de aprender caminando” y en donde se descubre y se comprende la fe.

Al igual que el Pueblo de Israel, nosotros también caminamos en este territorio de la Amazonía, en la escucha y consolación, construyendo Iglesia con rostro amazónico, Iglesia Samaritana, que camina con otros.

A ejemplo de Jesús, quien caminó el territorio de Galilea llevando vida, en su ministerio itinerante, habitando el territorio en su diversidad de lugares, en las tareas cotidianas del Pueblo, estableciendo vínculos, estamos llamados a dejarnos marcar por el territorio y dejar una huella que nos ayude a construir los sueños de unidad que nos permita sentirnos parte del mismo cuerpo en medio de la diversidad (Hna Mónica Benavidez)

Iglesia Sinodal

Monseñor Joaquín, obispo del territorio amazónico trifronterizo

La Iglesia de Jesucristo que está en este territorio, el Vicariato de Puerto Leguízamo – Solano, reunida en Asamblea, como cada año, constata, según palabras de Monseñor Joaquín Humberto Pinzón Guiza, misionero de la Consolata, a los 10 años de su existencia jurídica que, el camino trasegado acompañando los distintos procesos, rostros y opciones apostólicas, se ha hecho guiados por la Palabra de Dios encarnada y un Plan Pastoral que nos viene indicando el camino hacia donde vamos.

En el camino y el caminar hemos descubierto el modo de ser Iglesia al estilo de Jesús y su Reino: una Iglesia samaritana, casa común, hermana y madre que acompaña, escucha y orienta al pueblo, anunciando y viviendo la misericordia desde la justicia y la paz, para que todos tengan vida plena, en abundancia, de calidad.

“Somos lo que y como nos contamos, soñando el territorio posible, la Iglesia posible”.

Salvador Medina, misionero de la Consolata en Colombia*