
Los formadores reunidos en Roma para el curso de formación permanente han tenido ocasión de estudiar este martes, 10 de septiembre, algunos temas muy presentes en las comunidades religiosas: la motivación y la afectividad.
Por José Martín Serna *
El tema fue desarrollado por padre Renzo Marcolongo, misionero de la Consolata y psicólogo con años de experiencia en las misiones de la República Democrática del Congo, Inglaterra, en donde fue formador y profesor, y Colombia. Actualmente forma parte del equipo de formación del seminario teológico de Bravetta en Roma.

El padre Renzo comenzó su intervención diciendo que la motivación es importante para entender nuestra vocación. «La motivación es una fuerza que nos empuja hacia adelante, para dar dirección a la vida, y cuando las cosas van mal, nos sostiene».
A continuación, como ejercicio práctico, invitó a los formadores a escribir en una hoja las motivaciones que les habían llevado a ser misioneros de la Consolata y las motivaciones que les hacen permanecer hoy en la congregación. El objetivo del ejercicio era mostrar cómo las motivaciones iniciales cambian a lo largo de los años. Esto se debe a acontecimientos personales, sociopolíticos, culturales, encuentros con diferentes personas y estudios.
En una entrevista concedida a la Secretaría de la Comunicación al final de la jornada, el Padre Renzo Marcolongo destacó los dos aspectos temáticos de su charla: la motivación y la afectividad.
¿Qué es la motivación?
El padre Marcolongo explicó que deriva del latín: ‘motus’ = movimiento. «Moverse hacia algo que se considera importante». «La importancia viene dada por una necesidad que es percibida como estructurante. La motivación es siempre la expresión de una necesidad que hay que satisfacer y que debe producir placer». Están las motivaciones primarias que cumplen la función de satisfacer necesidades primarias como el hambre, la sed, el sueño, etc.; luego están las motivaciones secundarias aprendidas del contexto y el entorno de la vida: la necesidad de estar conectado con alguien o algo; el sentido de trascendencia, la autorrealización y la estima, la pertenencia o la seguridad.
El Padre Renzo observó que «sin motivación no vamos a ninguna parte, y sin la motivación adecuada probablemente nunca empezaremos nada importante y significativo para nosotros, nunca tomaremos una decisión, nunca realizaremos un cambio necesario».

Afectividad
En cuanto a la afectividad el Padre Renzo otra vez nos recordó la etimología latina»’ad ficere» que es un movimiento hacia algo, alguien, a lo que quiero conectarme o apegarme. «Así que la afectividad es la capacidad de percibir una atracción hacia una cosa, una persona, un valor, un ideal, con la intención de asumirlo, de hacerlo mío». Según el ponente, «es muy importante para un proceso afectivo “normal” conocerse a uno mismo y saber integrar la propia sexualidad. Vivirla sin angustias ni grandes problemas, vivir la vida en plenitud».
La importancia de la sexualidad
El tema de la sexualidad y el sexo son aspectos a considerar porque siempre están en los procesos formativos de los jóvenes. El padre Renzo destacó la importancia de diferenciar «sexo» y «sexualidad». «El sexo se refiere a todas aquellas características biológicas o rasgos anatómicos y fisiológicos que diferencian al hombre de la mujer, a lo masculino de lo femenino. Su función es la reproducción».
La sexualidad, en cambio, «es mucho más que sexo ya que las personas tienen también una parte emocional o psicológica y otra social o relacional. La sexualidad es muy amplia y compleja. Es una dimensión muy importante que se construye cuando cada persona interactúa con su entorno. La sexualidad pertenece a la madurez emocional y ésta a la madurez humana».

Junto a este tema, el Padre Renzo también habló sobre individualismo y madurez humana; sexualidad y género; formas de sexualidad; sexo biológico; identidad sexual; tentación del deseo, expresión de género, etc. Son cuestiones que forman parte de los temas en discusión en el programa del curso de formación permanente para formadores en las etapas de noviciado, teología y especialización.
* Padre José Martín Serna, IMC, maestro de novicios en Manaus, Brasil.