G25: La palabra de Dios como guía en la Vida Consagrada

Retiro en la Casa General del IMC en Roma. Foto: Jaime C. Patias

El grupo de misioneros de la Consolata que participa en el segundo curso de formación permanente en Roma, el pasado martes 2 de septiembre, vivieron una jornada de retiro guiada por el padre Peter Nkumbira, religioso carmelita y profesor de Biblia de Malawi.

Por Deogratias Makei Mlay *

En el curso participan 14 sacerdotes y un hermano, provenientes de África, Latinoamérica y Europa, quienes en este sexenio celebran 25 años de ordenación sacerdotal y/o profesión religiosa en este sexenio.

El tema del retiro fue “La Palabra de Dios como guía en la vida consagrada”.

“Ser consagrado significa ser santificado y apartado para una misión”, afirmó el predicador. “El primero en ser consagrado fue el mismo Jesús”. El Padre Peter Nkumbira enfatizó que los participantes del Curso G25 “son consagrados y apartados para una misión, así como Jesús fue consagrado y apartado para una misión. El modelo de discipulado es Jesucristo mismo”.

Padre Peter Nkumbira durante el retiro

El biblista, quien fue profesor en el Seminario Teológico Nacional de São Pedro y ahora enseña en la Universidad Católica, también en Malawi (donde los estudiantes de religión estudian filosofía, religión y ciencias humanas), recordó que «la única manera de conocer a Jesús es a través de las Escrituras. Existe una conexión directa entre la Palabra de Dios y la consagración de sus discípulos. El fundamento de la vida consagrada es la Palabra de Dios. De hecho, nuestro carisma es la forma concreta de vivir la Vida Consagrada. Sin la Palabra de Dios, la Vida Consagrada se torna superficial», advirtió.

En su reflexión, el predicador se centró en la relación entre la Palabra de Dios y la Vida Consagrada, basándose en el Evangelio según San Juan, capítulo 10. Citó: «Y las ovejas lo siguen porque conocen su voz» (Juan 10:4). «Este versículo nos muestra que leer y escuchar la Palabra de Dios ayuda a crear una relación con Él», observó. 

Mons. Peter Makau y rl padre Antonio Benitez. Foto: Adolphe Mulengezi

A continuación, el orientador destacó la importancia de la Palabra de Dios en tres aspectos:

  • La Palabra de Dios como guía para la Vida Consagrada.
  • La Palabra de Dios como liberadora de la “casa de la muerte” (el sepulcro).
  • La Palabra de Dios como alimento, porque Jesús es el Pan de Vida (Juan 6).

“Es a través de la Palabra de Dios que encontramos a Jesús. Sin esta Palabra de vida, corremos el riesgo de convertirnos en esclavos de nuestros miedos, nuestra autoimagen y las opiniones de los demás”, dijo el religioso.

Participantes del curso con el obispo Peter Makau en la Casa General del IMC en Roma. Foto: Adolphe Mulengezi

Tras su enriquecedora presentación, el predicador dejó a los misioneros con dos preguntas para la reflexión personal: “¿Tengo tiempo y paciencia para leer la Palabra de Dios? ¿Cuáles son los desafíos u obstáculos para leer y escuchar la Palabra de Dios en mi vida?”. Los participantes fueron invitados a redescubrir el lugar de la Palabra de Dios en sus vidas, especialmente a través de la meditación y la Lectio Divina.

El día de retiro concluyó con la Santa Misa presidida por el obispo Peter Makau, IMC, obispo de la diócesis de Isiolo, en Kenia, quien también se encontraba en Roma para el curso de nuevos obispos organizado por el Dicasterio para la Evangelización.

En su homilía, el obispo Makau, con amplia experiencia en la vida consagrada y misionera en la República Democrática del Congo y Venezuela, donde vivió durante 15 años, recordó la importancia de «hacer una pausa para reflexionar sobre la vida y la misión tras 25 años de ordenación y/o vida religiosa en el Instituto». También los invitó a «valorar el espíritu de pertenencia a la congregación y a fortalecer la vida comunitaria para que sean verdaderos testigos de la misión».

* Padre Deogratias Makei Mlay, IMC, misionero en Tanzania.

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