La Consolata en Polonia

Ya son doce años de los Misioneros de la Consolata en Polonia y no parecen tantos. En el 2008 llegamos los tres primeros  a Varsovia, el 17 de noviembre, casi en las vísperas de Navidad, iniciando así una humilde presencia de consolación. Tres magos venidos de lejos: el P. Silvanus Stock, desde Tanzania, con sus extensas llanuras plagadas de fauna salvaje, en la África oriental; el P. Luca Bovio, de la mediterránea Italia, tierra del Papa y quien escribe estas líneas para el Portal IMC de América, el P. Ashenafi Yonas Abebe, de la arqueológica Etiopia, en el llamado Cuerno africano.

Por Ashenafi Yonas Abebe*

Huéspedes, como en casa

Sin casa en propiedad y, aunque hablando varias lenguas, sin saber una palabra de polaco, fuimos recibidos, atendidos y acompañados como huéspedes por los misioneros de San Daniel Comboni, los combonianos, en Varsovia (Białołęka). Allí permanecimos, como en la propia casa, por unos dos años. Inicialmente, familiarizándonos con el frio invierno y, sobre todo, aprendiendo a hablar en polaco para comunicarnos mejor con la gente, más allá de los gestos y los intérpretes. Al mismo tiempo fuimos conociendo el país, la idiosincrasia de la gente y su cultura. 

Hemos tenido la oportunidad de visitar diferentes lugares históricos, Santuarios, parroquias, comunidades. Estas visitas resultaron una gran oportunidad para entrar en la realidad eclesial, cultural y social del país. Polonia es uno de los países más religiosos de Europa, existen diversas comunidades religiosas y la mayoría de los polacos adhieren al cristianismo, el 92.9% de la población, en la práctica, pertenecen al catolicismo, tal como lo señalaron en el 2015 (censo realizado por la Oficina Central de Estadística (GUS). 

Misioneros en medio del pueblo

Desde el comienzo participamos en la peregrinación de los estudiantes al Santuario Mariano de Czestochova, que es el corazón de la espiritualidad polaca. En estas caminatas hemos conocido muchos jóvenes y familias que se entusiasmaron con el testimonio y la vida de los misioneros. En un país donde no hay muchos extranjeros, la presencia de los tres misioneros con tres idiomas, culturas y colores diferentes suscitan interés e incertidumbre. Algunos ven, por primera vez, un misionero de color negro, algo que solo había viso en la televisión. Es algo realmente sorprendente. 

Pasados dos años, en la compañía de los combonianos, hemos buscado una casa en Varsovia (Marymont) y la hemos tomado en alquiler. Poco a poco fuimos iniciado la Animación Misionera y Vocacional, la Pastoral Juvenil, la Lectio Divina con la gente amiga y el acompañamiento espiritual. Al ser una casa de familia, ofrecía poco espacio para encuentros de los grupos, lo mismo que la Capilla habilitada en el garaje. Fue así cómo comenzamos a buscar una casa que nos ofreciera mejores condiciones para el apostolado que pretendíamos y que la pudiéramos comprar. Después de 5 años, compramos nuestra primera casa en Kiełpin, al norte de la ciudad de Varsovia, en territorio de la parroquia de Santa Margarita. Aunque nos ofrecía más espacio, la Capilla la organizamos en una tienda en medio del jardín y celebrábamos para la gente de Kiełpin. 

Mientras tanto, se nos unió otro misionero, el P. Nathaniel Kagwima, del Kenia, otro país de la África oriental y, un año más tarde, se enriqueció la comunidad con la presencia de un argentino, el P. Juan Carlos Araya. El último en llegar ha sido el P. Ditrick Sanga, de Tanzania. 

Animación Misionera 

Con un grupo más consistente de misioneros pudimos organizar diferentes actividades pastorales especialmente con niños y jóvenes, sabiendo que la Pastoral juvenil ha sido, desde el inicio, nuestra prioridad. Con los jóvenes hemos participado en diferentes actividades nacionales, internacionales y continentales, como Jornada Mundial Juvenil, Allamano’s Way, Taize, entre otros.  

En el 2016 tuvimos la oportunidad y la osadía de acoger con el apoyo de las familias y comunidades amigas, cerca 150 jóvenes y misioneros provenientes de Kenia, Tanzania, Congo, Etiopia, Colombia, Argentina, México, Italia, Portugal, España y de la misma Polonia, para la Jornada Mundial de la juventud. Una experiencia realmente enriquecedora, no solamente para los jóvenes, sino también para nosotros y los habitantes de Łomianki/Kiełpin y Cracovia

Localmente, pudimos organizar también, encuentros y animaciones misioneras en parroquias, escuelas y universidades. Participamos en diversas actividades pastorales a nivel diocesano y nacional. Uno de nosotros, el P. Luca Bovio, trabaja en las Obras Misioneras Pontificias, ya desde los primeros años de nuestra llegada a Polonia; en cambio yo, Ashenafi, después de haber terminado el doctorado aquí mismo en Varsovia, doy clases en la universidad. Además, ambos, participamos en todas las otras actividades comunitarias y apostólicas. 

Contamos con algunos jóvenes estudiantes, voluntarios, que han hecho experiencias misioneras a nivel local e inclusive internacional. Después de una esmerada formación misionera, en el año 2017, un grupo de 8 estudiantes acompañados por quien escribe, P. Ashenafi Abebe, viajamos a Etiopia, mi país, con una misión pedagógica, médica e informática, en la parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús, en Wassera – Hossana. Un segundo grupo, en el 2018, partió para Argentina, Mendoza, con P. Juan Carlos para un servicio catequético-evangelizador con niños de la calle y con familias en situación de pobreza. En el año 2019, un tercer grupo viajó a Mongolia, con P. Luca Bovio. 

Cada una de estas experiencias han sido una gran bendición para nuestros jóvenes que se van acercando mucho más a la comunidad y viven de cerca la espiritualidad misionera de la Consolata. 

Fruto de estas experiencias, surgió en el año 2019, nuestra Fundación “Dzieło na Misji” – Obra para la misión: http://www.dzielonamisji.pl/, https://pl-pl.facebook.com/dzielonamisji/

* Ashenafi Yonas Abebe, es Misionero de la Consolata, en Polonia

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