“La esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Romanos 5, 5-6).
Por Patrick Irungu Mungai *
En el espíritu del Jubileo de la Esperanza y en el año de preparación del centenario de la muerte de San José Allamano, los misioneros de la Delegación de Canadá, México y Estados Unidos (DCMS) se reunieron de 26 a 30 de mayo de 2025 para su retiro espiritual.
El retiro realizado en la casa “Oasis de la Cruz” de los misioneros de lo Espíritu Santo en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, fue orientado por el padre Paolo Fedrigoni, IMC, administrador de la DCMS, con el tema “San José Allamano: todo para Dios, todo para todos”. Introduciendo el tema, padre Paolo enfatizó las palabras de la oración a San José Allamano: “lo hiciste un testimonio de tu amor, un educador de sacerdotes y padre de misioneros para la evangelización de todos los pueblos”.
La misa de apertura fue presidida por el Superior delegado, padre Peter Ssekajugo, que invitó a todos a dejarse guiar por el Espíritu Santo (el Paráclito) que Jesús prometió enviar. Era la semana que nos preparaba para la celebración de la Ascensión del Señor que antecede Pentecostés.
La programación del retiro también contempló un espacio para compartir las experiencias y la vida de cada comunidad y conocer una visión panorámica de toda la Delegación. Y como en todo el Instituto estamos en el tiempo de las votaciones se aprovechó para mandar a Roma los votos de la consulta para elegir la Dirección de la nuestra delegación.
En la misa del ultimó día agradecemos a Dios por la vida del padre Peter Ssekajugo que cumplía años. Aparte de hablar un poquito de su vida personal nos animó a seguir el camino siempre fieles al carisma de nuestro Santo Fundador. Se le agradeció mucho al padre Paolo Fedrigoni por haber hecho una buena síntesis de la vida y misión de San José Allamano, citando las palabras del padre Claude Morneau: “tenemos un santo que debemos conocer”
Al terminar el retiro, el padre Fedrigoni nos dejó un resumen de siete pinceladas de San José Allamano:
Su secreto, que es su vida espiritual, es decir, la búsqueda de la santidad.
Su fuerza, diciendo que, por la fuerza de su voluntad, su salud frágil no alteró sus actividades apostólicas, ni lo desvió de su búsqueda de la santidad. “Frágil como un cristal, pero fuerte como un diamante”.
Su dulzura, aunque con tanta determinación en su personaje que da la impresión de una vida dura, San José Allamano se caracterizaba por su fuerza de voluntad basada en serenidad y amabilidad como lo describe D. Barsotti: “no solo una tranquilidad externa, sino una calma interior y una dulzura.
Su confianza, las palabras y la vida de San José Allamano inspiran tanta humildad y fragilidad, y revelan una visión tan clara de la pequeñez humana que nos sorprende. “En sus enseñanzas insistía mucho en la esperanza cristiana”.
Su visión, siempre tuvo una visión optimista del plan de salvación que influyó mucho en su teología misionera. Aun cuando había muchos desafíos en las misiones, él decía a sus misioneros “el misionero es un colaborador, por amor, en el plan de salvación que tiene Dios…plan de salvación confiado a la Iglesia en su misión de anunciar la Buena Noticia en todo el mundo.
Su corazón: la actividad misionera para San José Allamano es una manera de mostrar el amor por Dios, pero también una manera de mostrar un amor por el prójimo. Debe ser una dedicación a favor de la humanidad.
Su apertura universal, es decir, la misión ad gentes. San José Allamano afirma, “todo sacerdote, por su propia naturaleza, es misionero” los sacerdotes continúan el ministerio y la misión de Jesucristo, la tarea que deben realizar con mucho entusiasmo.
* Padre Patrick Irungu Mungai, IMC, misionero en Guadalajara, México.
