En el municipio del Santuario, Antioquia, el Movimiento Infantil Navideño MONAIN 2025 fue una experiencia profundamente significativa de fe, encuentro y preparación para el nacimiento del Niño de Belén. Durante estos días, niños y jóvenes vivieron espacios de formación, alegría y convivencia fraterna, fortaleciendo su relación con Dios y con la comunidad. El compartir pastoral en el marco del MONAIN dejó un sentimiento de gratitud por la oportunidad de acompañar y caminar juntos en la fe.
Por Samuel Martín *
El Movimiento Infantil Navideño (MONAIN) es una iniciativa pedagógica de la Iglesia Católica, ampliamente difundida en diversos países de Latinoamérica. Su propuesta busca ofrecer una vivencia distinta de la Navidad, alejándose del enfoque meramente comercial para centrarse en la formación humana y espiritual de niños y jóvenes, a través del juego, la alegría y la experiencia comunitaria.
El MONAIN se realiza cada año, del 8 al 23 de diciembre, y forma parte de la vida pastoral habitual de la parroquia del Santuario. En 2025, esta experiencia adquirió un significado especial al vivirse en el contexto del Año Jubilar de la Esperanza convocado por el Papa Francisco y al que todos fuimos llamados a ser en la Iglesia, peregrinos de Esperanza.
La animación de este encuentro estuvo a cargo de los aspirantes al Seminario Mayor. La experiencia tuvo una duración aproximada de 15 días y contó con la participación de más de 120 niños y jóvenes del municipio del Santuario, quienes se vincularon activamente a las distintas actividades pastorales y formativas.
El lema que acompañó esta edición fue “Peregrinos de esperanza”, inspirado en el Jubileo 2025, orientando cada jornada hacia la vivencia de la esperanza cristiana, el compromiso comunitario y el anuncio del Evangelio.
Este testimonio se comparte para los Misioneros de la Consolata como una experiencia que amplifica la misión y el carisma misionero entre niños y jóvenes. Desde la vivencia del joven Samuel Marín, el MONAIN 2025 se convirtió en un espacio privilegiado de servicio, acompañamiento y evangelización, donde la misión se encarna en la cercanía, la alegría y la formación de las nuevas generaciones.
* Por Samuel Martín, participante del Monain.
