La Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) repudió el domingo 8 de enero los atentados criminales contra el Estado democrático de derecho y los actos vandálicos que invadieron y destruyeron edificios públicos en el Distrito Federal de Brasilia
Por Vatican News
La Conferencia Nacional de los Obispos Brasileños (CNBB), perpleja por los graves y violentos acontecimientos acaecidos en Brasilia, se manifestó el domingo 8 de enero a través de su canal de Twitter, sobre los actos antidemocráticos y vandálicos que invadieron y destruyeron los edificios públicos que representan simbólicamente al Estado brasileño: la sede del Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto.
La presidencia de la CNBB hace un llamamiento a la serenidad, la paz y el cese inmediato de los ataques criminales contra el Estado democrático de derecho. El mensaje reza:
“Estos atentados deben cesar inmediatamente y sus organizadores y participantes deben rendir cuentas con el rigor de la ley. Hay que proteger a los ciudadanos y la democracia”
LOS PARTIDARIOS DE BOLSONARO ASALTAN LAS SEDES DEL PODER
Algunos ya lo han bautizado como el “Capitol Hill” de Brasil, recordando las imágenes del asalto al Capitolio en Estados Unidos de hace dos años. De hecho, el guion fue muy similar: miles de partidarios del expresidente brasileño Jair Bolsonaro asaltaron los palacios del poder en Brasilia, embistiendo los pasillos del Parlamento y las oficinas del Palacio Presidencial y del Supremo Tribunal Federal, devastando los edificios.
MÁS DE 400 PERSONAS DETENIDAS
En las últimas horas, la situación volvió a la normalidad, gracias a la intervención de las fuerzas de seguridad, que detuvieron a más de 400 personas, pero muchos ven en el atentado un golpe de Estado contra el gobierno de Lula, que asumió el poder tras unas disputadas elecciones para dirigir Brasil el pasado 1 de enero. Los partidarios de Bolsonaro no aceptan la victoria de Lula y ya habían acampado frente al cuartel general del Ejército desde el día después de los comicios del 30 de octubre.
LA RESPUESTA DEL GOBIERNO
El presidente Lula, que en el momento del atentado se encontraba en la ciudad de Araraquara, devastada por las inundaciones, ofreció una rueda de prensa en directo por televisión en la que anunció que había decretado una “intervención federal” que ponía a todas las fuerzas de seguridad de Brasilia bajo el control de una persona nombrada por él: Ricardo García Capelli, a quien otorgó el poder de desplegar “cualquier cuerpo, civil o militar”, para el mantenimiento del orden.
“Lo que han hecho estos vándalos no tiene precedentes en la historia de nuestro país. Los que financiaron el atentado pagarán por estos actos irresponsables y antidemocráticos”, tronó el jefe de Estado, que también arremetió contra la “policía incompetente y de mala fe” del Distrito Federal de Brasilia.
LULA: “ENCONTRAREMOS A LOS RESPONSABLES Y SERÁN CASTIGADOS”
Posteriormente, el presidente regresó a Brasilia y visitó los lugares afectados por los atentados. También habló el ministro de Justicia, Flavio Dino, quien, refiriéndose a Bolsonaro, dijo que “la responsabilidad política por lo ocurrido es inequívoca”. La responsabilidad legal, por tanto, recae obviamente en el poder judicial. Todos los que quieren polarizar, instigar a la práctica de delitos, al extremismo, son responsables políticos, por acción u omisión”.
BOLSONARO RECHAZA LAS ACUSACIONES
“Rechazo las acusaciones, sin pruebas, que me atribuye el actual Jefe de Estado de Brasil. A lo largo de mi mandato siempre he respetado la Constitución, defendiendo las leyes, la democracia, la transparencia y nuestra sagrada libertad.” El expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, se apoya en Twitter para responder a las acusaciones que llegaron desde Brasilia inmediatamente después de los violentos ataques de sus partidarios a las instituciones brasileñas. A continuación, condenó los ataques:
“Las manifestaciones pacíficas, bajo el imperio de la ley, forman parte de la democracia. Sin embargo, los saqueos y las invasiones de edificios públicos escapan a las normas”. Bolsonaro se encuentra en Florida desde el 30 de diciembre, poco antes de la investidura de Lula. Los últimos acontecimientos amenazan con ampliar la tensión incluso en Estados Unidos, que dio la bienvenida al expresidente: en las últimas horas, de hecho, hubo llamamientos de los demócratas para expulsar a Bolsonaro y no concederle el estatus de refugiado.
CONDENA INTERNACIONAL
Mientras tanto, se elevó un coro de condenas por parte de los líderes internacionales. La postura de la Unión Europea es clara: “Estamos profundamente preocupados por lo que está ocurriendo en Brasil. Europa está del lado del gobierno de Lula y de todas las instituciones legítima y democráticamente elegidas”, escribió en un tuit la presidenta del Parlamento europeo, Roberta Metsola.
De “terrible ataque contra la democracia”, fue la calificación del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mientras que el francés, Emmanuel Macron, subrayó que “la voluntad del pueblo y de las instituciones brasileñas debe ser respetada”. También el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se hizo eco de esta afirmación:
“El asalto al Congreso brasileño daña la normalidad democrática”. Y el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, se pronunció al respecto diciendo: “Condeno el asalto a las instituciones brasileñas. Brasil es un gran país democrático”.