
Por Santiago Quiñónez *
Durante una semana, los Misioneros de la Consolata que trabajan en la Amazonía Colombiana se reunieron en Puerto Leguízamo para compartir experiencias, reflexionar sobre los desafíos del territorio y fortalecer su compromiso misionero. Con la presencia del Superior regional y la participación de trece misioneros de cinco jurisdicciones eclesiásticas de Colombia y Ecuador, este encuentro permitió renovar el sentido de la misión en una de las regiones más desafiantes y vitales para la Iglesia y el mundo.
La Amazonía Colombiana es una vasta región que abarca el sur del país, caracterizada por su riqueza ecológica, diversidad cultural y una profunda interconexión entre los pueblos indígenas, las comunidades campesinas y el entorno natural. Sin embargo, enfrenta graves problemáticas como la deforestación, el extractivismo, el conflicto armado y la movilidad humana forzada, que ponen en riesgo no solo el ecosistema, sino también la vida y la dignidad de sus habitantes.

Desde su llegada a Colombia, los Misioneros de la Consolata han venido delimitando y asumiendo opciones misioneras: la misma Amazonía, la comunidad Afro, los indígenas, las realidades urbanas. En cada una de ellas, la misión se adapta a las necesidades locales, fomentando el diálogo intercultural, la evangelización y el desarrollo humano integral.
El encuentro de los misioneros que se llevó a cabo de 3 al 8 de enero, estuvo marcado por la reflexión sobre el llamado del Papa Francisco a una Iglesia sinodal, intercultural y ecológica, en sintonía con el Sínodo para la Amazonía (2019) y la exhortación apostólica Querida Amazonia. En esta línea, los participantes profundizaron en la necesidad de una Iglesia que camine con los pueblos indígenas, escuche sus voces y valore sus espiritualidades.
Los misioneros que participaron de esta semana provienen de diversas jurisdicciones eclesiásticas, entre ellas se encuentran la Arquidiócesis de Florencia y las Diócesis de San Vicente del Caguán y Mocoa-Sibundoy, territorios donde la evangelización se desarrolla en contextos urbanos y rurales, con un fuerte acompañamiento a comunidades campesinas e indígenas. También estuvieron presentes misioneros de los Vicariatos Apostólicos de Puerto Leguízamo-Solano (Colombia), San Miguel de Sucumbíos (Ecuador) y San José del Amazonas (Perú), regiones de misión en las que la Iglesia está llamada a un profundo diálogo con la cultura y la realidad de los pueblos amazónicos.

Algunas de las principales inquietudes que surgieron en el encuentro fueron:
- Reafirmar la misión en la Amazonía como un compromiso con la vida y la justicia, promoviendo la defensa de los derechos humanos, culturales y ambientales.
- Fortalecer el trabajo en equipo y la cooperación entre iglesias locales, integrando sacerdotes diocesanos, religiosos y laicos en la evangelización del territorio.
- Ajustar los proyectos comunitarios y pastorales a las realidades amazónicas, respondiendo a las necesidades concretas de sus habitantes.
- Revitalizar las comunidades locales en clave intercultural, siguiendo las orientaciones de las Conferencias Regionales del IMC.

El encuentro concluyó con la Celebración Eucarística en la parroquia La Consolata, en el marco del Jubileo de la Vida Consagrada en el Vicariato Apostólico de Puerto Leguízamo-Solano. Esta celebración fue un momento de acción de gracias por la misión en la Amazonía y un signo de esperanza para el futuro.
Además, los misioneros dieron inicio a la Novena a San José Allamano, fundador del IMC, cuyo legado sigue inspirando la labor misionera en los rincones más remotos del mundo.
* Santiago Quiñónez es periodista de IMC en Colombia