El “misionero caminante” padre Rubén López partió al encuentro de Dios

Falleció en la mañana del 19 de abril, en Buenos Aires, Argentina, el misionero de la Consolata padre Rubén Horacio López. Tenía 63 años, de los cuales 39 de profesión religiosa y 35 de sacerdocio.

Por Julio Caldeira imc

En la mañana de este viernes, 19 de abril de 2024, nuestro hermano padre Rubén Horacio López, misionero de la Consolata, hizo su pascua y partió al encuentro de Dios, a quien amó y sirvió. Tenía 63 años, de los cuales 39 de profesión religiosa y 35 de sacerdocio.

El comunicado oficial de los Misioneros de la Consolata de la Región Argentina expresa los muchos sentimientos de dolor y agradecimiento que llegan de muchas partes por donde el padre Rubén prestó su servicio misionero: “hoy nuestro hermano ha terminado su peregrinación en la tierra y ha transitado a la casa del Padre. Agradecemos a Dios por su testimonio, su Ministerio, su consagración y su entrega a la misión Ad gentes”.

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Nacido en Buenos Aires el 21 de julio de 1960, padre Rubén ingresó al seminario de la Consolata, donde realizó sus estudios de Filosofía en Argentina, trasladándose a Colombia, donde realizó el noviciado en Bucaramanga, emitiendo la profesión religiosa el 6 de enero de 1985, y estudió Teología en Bogotá. Se especializó en Roma, Italia, y fue ordenado sacerdote el 9 de septiembre de 1988.

Sus primeros años de misión fueron en Punín, Ecuador, junto a las comunidades indígenas kichwas puruhá. Posteriormente regresa a Argentina, donde prestó su servicio misionero en la pastoral misionera y parroquial en Pirané (Formosa), San Salvador de Jujuy y Merlo (gran Buenos Aires). Además fue formador de los jóvenes propedeutas y filósofos en Buenos Aires y Jujuy. En diversos momentos fue consejero, vicesuperior y superior regional de los Misioneros de la Consolata en Argentina.

No medía esfuerzos en estar con la gente

Reconocido como “misionero caminante”, por no medir esfuerzos en ir (en la mayoría de las veces) “a pie” al encuentro de las personas, familias y comunidades, se destacó por su cercanía, amistad, sencillez y humildad, bien como un gran consejero, pastor y guía. Ante el dolor de su partida, nos han llegado diversos mensajes de agradecimiento recordando el testimonio misionero del padre Rubén López.

Sofía Rodríguez, formada en los grupos juveniles de la parroquia Ntra. Sra. de Pompeya, en Merlo, recuerda que padre Rubén fue “un gran amigo, sacerdote, comunidad, hogar y familia, formador de muchos que hoy son sacerdotes”. Hace memoria, como muchos de los que convivimos con él, de “cada mate, charla, por cada empanada y cualquier otra comida que le encantaba”.

“Agradecemos por cada guión de misa que nos ayudabas a preparar… por enseñarnos a ser comunidad sin descuidar al otro, al que es igual a uno y al que piensa distinto también…. por enseñarnos a pedir perdón, así tengas vos que acompañarnos a hacerlo, a resolver situaciones a través del diálogo y la escucha… por enseñarnos a creer en aquellos que decían la verdad, aun sin tener papeles que lo corroboren… por cada chiste irónico que nos regalabas de esos que nos dejaban pensando… por cada parábola que siempre nos dejaban cosas hermosas que pensar”, concluye Sofía.

Los migrantes bolivianos de Merlo, recordando que él “acompañó durante muchos años a la colectividad boliviana en Merlo con sus misas y plegarias, siendo parte de nuestras costumbres y tradiciones”, afirma que “jamás olvidaremos las veces que visito nuestros hogares llevando la palabra y bendición de Dios”, de este “párroco amigo y gran guía para nuestra comunidad”.

Misionero de las periferias y caminante

El laico misionero de la Consolata argentino Mario Miranda, que convivió y trabajó muchos años con padre Rubén, dice que “fue un gran misionero por donde pasó, un amigo cercano, preocupado siempre por los más vulnerables y que necesitaban de consuelo. Un gran misionero de las periferias y mucho preocupado con las comunidades bien organizadas y dedicadas a la misión y evangelización. Un hombre sencillo, humilde y misionero de caminar mucho a visitar a las familias, a caminar mucho para visitar a los enfermos. Lamentamos mucho esta pérdida, pero valoramos mucho todo el mensaje que nos dejó con su testimonio”.

Hna. Nair Sassi, misionera de la Consolata, recordando sus tiempos de servicio a las hermanas ancianas en Argentina, donde el “padre Rubén venía todos los días a celebrar la misa. Con lluvia, sol, frío o calor, venía siempre caminando casi cinco quilómetros, muy dispuesto. No medía esfuerzos para venir al encuentro para celebrar las eucaristías y fiestas; cuando una hermana estaba enferma venía pronto a darle la unción de los enfermos, confesar, conversar y dejarle la bendición. Para nosotras siempre fue un verdadero hermano misionero de la Consolata. Tenemos una eterna gratitud por todo lo que fue para nosotras”.

 La parroquia Virgen de la Medalla Milagrosa de Jujuy, norte de Argentina, en mensaje publicado en redes sociales expresa que “hoy despedimos con gran tristeza a un gran misionero que nos tuvo paciencia y supo guiarnos en el camino de la fe. Querido padre Rubén, hoy partiste al encuentro del Padre Celestial y tenemos la certeza de que te encuentras en los brazos de nuestra Madre, la Virgen de la Consolata. Gracias por tu vida entregada por y para la misión ad gentes”.

La parroquia Nuestra Señora de Pompeya de Merlo, también envía una nota de pesar: “Hoy nos toca despedir con profundo dolor y tristeza a quien fue parte muy importante de nuestra parroquia, nuestro párroco Rubén López, quien fuera más que el párroco, fue un amigo y gran guía para todos, en especial para los jóvenes. Acompañamos en oración a sus familiares y a todos aquellos que hay conocido a nuestro querido padre Rubén, que hoy estás en los brazos del Padre Celestial”.

Breve biografía

Hijo de Manuel Antonio López e Irma Rosa Esnoz, padre Rubén Horacio López, nació el 21 de julio de 1960 en Buenos Aires, Argentina. Ingresó al seminario de los Misioneros de la Consolata en Argentina, donde estudió Filosofía. En Colombia ha realizado el año de Noviciado en Bucaramanga, donde emitió su profesión religiosa el 6 de enero de 1985, y estudió Teología en Bogotá.

Concluyó sus estudios en Roma, Italia, donde realizó una especialización, viniendo a emitir su profesión perpetua el 25 de marzo de 1988 y fue ordenado diácono el 16 de abril del mismo año. Regresa a Argentina para ser ordenado sacerdote el 9 de septiembre de 1988. Al año siguiente comienza su vida misionera.

Algunas de sus actividades en la misión:

  • 1989-1995: Vicario y párroco en Punín, Chimborazo (Ecuador)
  • 1995-1999: Vicario y párroco en Pirané, Formosa (Argentina)
  • 1996-1999: Consejero Regional de los Misioneros de la Consolata
  • 2001-2003: Párroco y ecónomo en Jujuy
  • 2002-2005: Consejero Regional de los Misioneros de la Consolata
  • 2003-2007: Formador en el Seminario Filosófico, en San Miguel, Buenos Aires
  • 2005-2008: Superior Regional de los Misioneros de la Consolata
  • 2008-2015: Formador en el Seminario Filosófico, en San Miguel, Buenos Aires
  • 2010-2019: Vicario y párroco en Merlo, Buenos Aires
  • 2016-2019: Vicesuperior Regional de Argentina
  • 2019-2024: Vicario, superior local y formador en San Salvador de Jujuy
  • 2024: Destinado a la Casa Regional en Buenos Aires para tratamiento médico, donde vino a fallecer en la mañana del 19 de abril.

La misa de exequias fue celebrada en la Capilla de la Casa Regional de los Misioneros de la Consolata en Buenos Aires en la mañana del 20 de abril y nuestro querido padre Rubén López fue sepultado en el Cemiterio de Luján.

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