
Siempre se ha escuchado que Dios habla en todo tiempo y lugar, parece una frase de cajón y la que por mucho tiempo nos cansamos de “oír”, pero quizás falta el ejercicio de escuchar.
Por Danilo Caraballo*
Cuando pasa el tiempo y vamos pensado que será de nuestras vidas, entonces parece que la frase de cajón empieza a calar muy adentro; ahora si corremos en búsqueda de procesos que ayuden a encontrar nuestro lugar en el mundo, desde una opción particular que vaya en sintonía con lo que Dios quiere y con aquello que me haga ser una persona “plena”. En el sentido que mi ser para los demás no se quede dando vueltas en el ser único para mí.
Escúchalo
Aunque parezca algo obvio, es bueno recordar que es Jesús quien nos llama, reúne y guía por este recorrido de la vida. Entonces -qué pasa si Él nos dice: “¡Ánimo! Soy yo. No temas”- (Mateo 14, 27); para interiorizar y digerir bien esa voz necesitaremos horas de silencio, camino en donde paramos, miramos el pasado, revisamos el presente y con ese temor natural nos asustamos de lo que vendrá. “Si te ha pasado, tranquilo, no te asustes, porque es en ese proceso que Dios te empieza a despertar.”
Por épocas nos convencemos y con algo de tranquilidad, escuchamos palabras que llegan de Jesús o personas que coloca en el camino, ellas son alicientes para pasar algunos días, meses y años medianamente despejados, y es en esa tranquilidad cuando debemos asomarnos a la puerta o ventana de la vida. Allí alguien te espera. Y ante esa visita especial podremos hablar de todo.
Dialogá con Él
Las experiencias y diálogos con Jesús nos tranquilizan, también, por otro lado la cabeza se nos llena de dudas; es en esos momentos cuando estamos llamados a pedir al Maestro que regale una cuota de Fe para seguirlo, lo que implica crear espacios propicios que nos ayuden a desenredar esa maraña de voces, emociones, parloteos, y recuerdos que por instantes dan certeza y por otros te llevan a pensar que poco nos conocemos, ni que decir en el tiempo de pandemia cuando sentimos hundirnos ante la crisis del mundo, la del COVID 19 que nos ha tomado de sorpresa.
¡Ánimo! Él te llama
Resignificar lo vivido en nuestra historia: experiencias de vida llenas de Dios, de personas que nos han hecho feliz y de otras que sentimos nos llevaron por caminos distintos a los soñados; es cuando la voz de Jesús se aclara en nuestra mente y corazón, es allí, en medio del sueño que nos dice: “ ¡Ánimo! Levántate, Te está llamando” (Marcos 10, 49); aun en la realidad donde podemos estar instalados, estamos invitados a incomodarnos porque la rutina y vida mediocre nos impide escuchar la llamada desafiante de Jesús que interpela e invita a tomar la decisión de seguirlo con más verdad y mucha fidelidad.
Juntos en la barca
El camino que emprendemos cuando subimos a la barca para remar mar adentro requiere esfuerzos y ánimo; lo más seguro es que no estamos seguros y es lindo experimentar esa emoción que nos dice: “Solo no puedes” y más hermoso es gritarle al mundo: “no estamos seguros de nuestras fuerzas”. Seguir a Cristo es una empresa que necesita de su compañía, compresión y apoyo. Por eso hoy nos dice con amor: “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28, 20).
* P. Danilo Caraballo. IMC, coordinador del equipo de AMJV Argentina.