La vida del misionero es una experiencia que se escribe cada día en acontecimientos que se vuelven trascendentes y místicos. Cada lugar de misión es un encuentro con el Dios de la vida que se hace humanidad en cada comunidad para seguir construyendo el Reino de Dios en medio de la diversidad natural, cultural, étnica y social.
Por Elmer Peláez Epitacio *
Esta fue la tarea que llevó al padre Ezio Roattino, misionero de la Consolata, a dejar su cómodo lugar de nacimiento en Italia para renacer espiritualmente en Colombia, concretamente en la comunidad Nasa de Toribio-Cauca. He querido dedicar al padre Ezio mi primer libro, publicado por la Universidad Javeriana de Cali, que narra la vida del primer sacerdote católico indígena de Colombia en 500 años de evangelización: Álvaro Ulcué Chocué.
Soy misionero de la Consolata, mexicano de origen y también miembro de una comunidad indígena. La reflexión de esta publicación se inspira en una conocida frase del padre Álvaro: “Atreverse a pensar es atreverse a luchar”. Esta expresión se hizo tan viva en su vida que su labor misionera lo convirtió en un mártir que ofreció su sangre como semilla de nuevos cristianos.
El libro, que también incluye documentos históricos, relata la entrega que tuvo por la defensa de la identidad, la cultura y el territorio; su sacrificio por el Reino de Dios es aún hoy el legado que sigue inspirando a la Iglesia y a la comunidad de esa región colombiana que ha sido después animada, tras la muerte del padre Álvaro, por la actividad de los Misioneros de la Consolata.
El alma del Misionero
Ha sido publicado también el texto «El alma del Misionero. Elmer Peláez Epitacio», escrito por Celia Lanza, misionera laica de la Consolata de Buenos Aires, que me acompañó en mi camino misionero durante 12 años y que ha querido relatar mi trayectoria en la comunidad de la Consolata. Este texto cuenta algunas experiencias de mi camino vocacional y misionero; la narración de una vida que ama y vibra por la misión.
Cuando leo las experiencias recogidas y relatadas por la maestra Celia, me doy cuenta de que verdaderamente nuestra labor misionera sólo tiene sentido cuando anunciamos y construimos el Reino de Dios; es una ocasión para fortalecer el compromiso que significa la vocación misionera y la humildad necesaria para vivirla en plenitud. Espero que pueda servir de inspiración a muchos jóvenes que buscan un sentido a la vida; para aquellos que quieren un mundo que viva con esperanza, en la paz, el perdón y la reconciliación.
Ambos textos fueron presentados en una sencilla pero sentida celebración el 31 de octubre de 2023, en la Sala Allamano de la Parroquia Maria Speranza Nostra de Turín. Quiero agradecer al padre Stéfano Camerlengo, Superior General de la Consolata, que dio el visto bueno al conocer esta iniciativa; al padre Salvador Medina por sus reflexiones acerca de los contenidos; y al doctor Manuel Ramiro Muñoz, Director de Estudios Interculturales de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, Colombia, por sus reflexiones en el prólogo del libro.
* El padre Elmer Peláez Epitacio, IMC, es mexicano y vicario en la parroquia María Speranza Nostra de Turín, Italia.
