Mensaje del Superior General: “¡Crucificado, pero no derrotado, Resucitado!”

Publicamos el Mensaje de Pascua del Superior General, Padre Stefano Camerlengo, enviado a todos los misioneros, misioneras, laicos y laicas de la Consolata, familiares, amigos y benefactores de las misiones.

“Este año hemos llegado al umbral de la Cuaresma y cerca de la Pascua “envueltos” en el drama de la guerra que estalló entre Rusia y Ucrania: una guerra que ciertamente tiene consecuencias mucho más amplias. El dolor y el silencio traspasan nuestros corazones y nos hacen tristes espectadores”. Así comienza la carta del Superior General que revela la principal preocupación del mundo actual.

Ante el sentimiento de impotencia, la nuestra fuerza “sigue siendo la oración y la generosidad de nuestras vidas. Pero la oración auténtica tiene un precio que pagar porque el que ora auténticamente, antes de cambiar a Dios o a la historia, debe dejarse cambiar personalmente por el encuentro con Dios, de estar en la situación en la que se encuentra con una responsabilidad que no se atenúa ni se amortigua, sino que, por el contrario, se fortalece con el encuentro con Dios, con su deseo y con su gracia”, afirma el Padre Stefano.

Como discípulos misioneros nos fortalece la Pascua de Jesús.

“Nunca encontraremos las palabras correctas para hablar plenamente de la Pascua. El acontecimiento central de nuestra fe cristiana sólo puede abordarse con aproximación a las intuiciones de la fe y a las frágiles elaboraciones de la teología. Jesús ha resucitado y vive. La muerte ha sido conquistada y la resurrección de Jesús proclama la victoria de Dios”.

“A pesar de las amargas decepciones que encontramos al ir al mundo, la victoria de Dios se logra en realidad en la bendita carne de su Hijo y nuestro hermano”.

“¡Que esta Pascua nos enseñe el diálogo, tengamos diálogo, el único camino hacia una paz verdadera y duradera!”, destaca el Padre General.

Apareciendo a los Apóstoles, después de la Resurrección, Jesús les dio el saludo de la paz. ¡Gran cosa paz! La paz también puede ser con sacrificio y tribulación, mientras que no puede ser con el pecado. ¡Pregúntale a nuestro Señor quién es el Príncipe de Paz!” (Beato José Allamano)

Lea aquí el Mensaje de Pascua completo del Superior General
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