El Papa Francisco ha nombrado obispo de San Cristóbal de Venezuela al misionero de la Consolata mons. Lisandro Alirio Rivas Durán, hasta ahora obispo auxiliar de la archidiócesis metropolitana de Caracas. En una entrevista concedida a la Secretaría para la Comunicación en Roma, el obispo habla de la misión de la Iglesia ante la grave situación social y política del País.
Por Jaime C. Patias *
Francisco ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de San Cristóbal de Venezuela, presentada el pasado 10 de febrero por mons. Mario del Valle Moronta Rodríguez por motivo de edad canónica (75 años), según informa la Oficina de Prensa de la Santa Sede en su boletín del 31 de octubre de 2024. Al mismo tiempo, mons. Lisandro Rivas, IMC, hasta ahora obispo titular de Dardano y auxiliar de Caracas, fue nombrado obispo de la misma diócesis.
Lisandro Rivas estuvo recientemente en Roma (Italia) para participar en la canonización de San José Allamano y habló sobre la situación social y política de Venezuela y la misión de la Iglesia en un país que en los últimos años vive una grave crisis.
Acompañe la entrevista:
«Como hijo de la Iglesia venezolana tengo dos años y medio ejerciendo el ministerio episcopal en esta gran metrópoli de Caracas. Acompaño las zonas populares de esta gran ciudad donde viven los más pobres. Cuando el Santo Padre me nombró obispo, comencé a adentrarme de nuevo en esta realidad compleja, difícil y desafiante”, explica monseñor Lisandro.
“Después del 28 de julio, cuando se celebraron las elecciones presidenciales, podemos decir que tenemos otra Venezuela, sobre todo por la situación de violencia, de violación de los derechos humanos, sobre todo de la dignidad de la persona en sus derechos fundamentales, el derecho a la vida, a la educación, a la libertad de expresión y el derecho a elegir libremente el destino de Venezuela”.
Monseñor Lisandro considera las elecciones como “una experiencia extraordinaria de democracia el hecho de que tantas personas pudieron expresar en las urnas su preferencia, pero lo que pudimos experimentar es un gran fraude. El Consejo Nacional Electoral (CNE) decretó ganador al presidente Nicolás Maduro dejando de lado al presidente Edmundo González Urrutia, que la gran mayoría había elegido”.
Mismo ante la presión internacional, el régimen de Nicolás Maduro sigue sin presentar las actas que prueban los resultados de las elecciones. Al no haberse respetado el principio de transparencia, muchos países no reconocen la proclamada victoria del actual presidente, que según el CNE obtuvo alrededor del 51,2% de los votos. La oposición no ha reconocido el resultado y habla de irregularidades.
Esto trajo para Venezuela graves consecuencias. “En primer lugar una persecución a los que se oponían a esta decisión. En segundo lugar, muchos jóvenes, más de 1.200, fueron tomados por fuerzas policiales e llevados a centros de detención”. Al mismo tiempo, existe “una persecución a quien de una o de otra manera se manifestaba… Claramente hay consecuencias a nivel económico, político y social y, sobre todo, en el aspecto de la migración. Se dice, según los análisis, que al final de 2024 será más o menos 9 millones de venezolanos que habrá migrado de Venezuela para buscar otras oportunidades de vida, pero dejando un gran vacío. En Venezuela se encuentran niños, adolescentes y personas ancianas. La fuerza trabajadora ha dejado el País…”, observa el obispo.
Ante esta situación, el obispo Lisandro Rivas habla de los desafíos para la Iglesia. “La Iglesia, que desde siempre ha acompañado al pueblo y está al lado de los que más sufren, es también expresión de esperanza con acciones concretas. Ante el hambre, la Iglesia se muestra como una madre que alimenta fortaleciendo la solidaridad en los cristianos para llevar a la casa un platito de sopa. También está la Cáritas que responde en el aspecto de la salud que toca la humanidad de tantas personas con la distribución de medicamentos o haciendo jornadas de asistencia médica”.
La voz de la Conferencia Episcopal
“La Iglesia siempre se ha pronunciado casi semanales, presentando comunicados, sobre todo haciendo eco de su misión profética desde lo moral y de lo ético”, subraya monseñor Lisandro. “De igual manera, ha tratado de reflexionar sobre cómo enfrentar esta realidad. Una de las cosas que tenemos claro como pastores es que debemos acompañar a las personas que claman al cielo por justicia, sobre todo, en términos de dignidad humana y sus derechos fundamentales. Como Iglesia, somos parte de este pueblo y signo de esperanza de diferentes maneras…. Como pastores tenemos que estar en los lugares donde claman, algunas veces delante del pueblo, otras veces en el medio, a veces detrás, para no dejar que nadie tome el camino equivocado”.
Monseñor Lisandro ve incierto el futuro de Venezuela y no se sabe cuándo habrá un cambio en la presidencia. “La misión de la Iglesia en los más diversos escenarios es seguir acompañando al pueblo que quiere una alternativa a la situación actual. Algo significativo que nos hace reflexionar profundamente es que quienes salieron a protestar y se manifestar fueron las personas que viven en las grandes barriadas de Caracas y que previamente apoyaban al chavismo, hoy son las que están sufriendo las mayores consecuencias de lo que está aconteciendo. Así que, para nosotros como Iglesia, estamos llamados a ser discípulos misioneros y sobre todo a ir a las periferias existenciales que non son solamente físicas (…) para poder ser signo de esperanza que acompaña un pueblo para buscar soluciones y juntos reflexionar para el bien de Venezuela e de nuestros hermanos y hermanas que peregrinan en esta porción de la Iglesia”, concluyó el obispo.
Acción de gracias y oración
La oficina de prensa de la diócesis de San Cristóbal compartió un mensaje de mons. Mario del Valle, quien animó a la comunidad a recibir con afecto a mons. Lisandro Rivas y a acompañarlo en la oración: «Denle la bienvenida con afecto, con entusiasmo y como hijo del Táchira… Les pido de corazón que oren por él y por su ministerio en estos momentos.»
Mons. Lisandro Rivas es el sexto obispo de San Cristóbal y agradeció al Papa Francisco por su nombramiento: «Realmente el Santo Padre me sorprendió con esta noticia, que me hace salir al encuentro de las personas que peregrinan en San Cristóbal.»
Diócesis de San Cristóbal de Venezuela
Creada por el Papa Pío XI el 12 de octubre de 1922, la diócesis de San Cristóbal está situada en el estado de Táchira, en la frontera con Colombia, y es sufragánea de la archidiócesis de Mérida. Durante sus 100 años de historia, ha fundado el Periódico Católico, el Seminario Santo Tomás de Aquino, la Universidad Católica del Táchira, varios colegios católicos, ha elevado tres iglesias a basílicas menores y ha creado 94 parroquias.
La diócesis cuenta actualmente con 173 sacerdotes, entre ellos varios religiosos redentoristas, agustinos, franciscanos y dominicos, entre otros, y 225 seminaristas. Juan Alberto Ramírez es obispo auxiliar desde 2020.
Quién es Mons. Lisandro Rivas
Mons. Lisandro Rivas, IMC, nació el 17 de julio de 1969 en Boconó, estado Trujillo, en los Andes venezolanos. En 1985 ingresó como aspirante en el Seminario Filosófico del Instituto Misionero de la Consolata. Tras el período de formación, al final del noviciado, emitió la profesión religiosa el 7 de enero de 1990 en Bucaramanga (Colombia) y la profesión perpetua el 3 de diciembre.
Entre 1990 y 1995 estudió teología en Londres (Inglaterra) y fue ordenado sacerdote en su ciudad natal el 19 de agosto de 1995. Trabajó en las misiones de Kenia, África (1995-2000); a su regreso a Venezuela, fue responsable de la formación y rector del Seminario Filosófico, vicesuperior y superior de su congregación. Después fue rector del Seminario Teológico de Bogotá (Colombia) y, desde 2014, rector del Pontificio Colegio San Paolo de Roma.
El 23 de diciembre de 2021 fue nombrado obispo titular de Dardano y auxiliar de la archidiócesis metropolitana de Caracas, recibiendo la ordenación episcopal el 12 de marzo de 2022.
En la Conferencia Episcopal Venezolana es director del Instituto Nacional de Pastoral (INPAS), miembro de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada y de la Comisión de Misiones, Indigenismo y Afroamericanos.
* Padre Jaime C. Patias, IMC, Comunicación General, Roma.