Salvador Medina*
50 años de Ministerio sacerdotal misionero
Etapa montañera
Desde una cálida “perla del oriente” caldense
entrenado, en escuadra familiar, por Miguel y Clara,
arranca el infante Orlando su carrera, con olor a leche y café.
De la Virgen de los Dolores, su pila bautismal
a la casa Apostólica, de La Consolata, en San Félix
con el feliz “papito” Menegon continúa su formación.
Etapa sabanera
Entre las piedras del Faca y la sal del Zipa,
con los Doce Apóstoles, Trinidad, Galán y Germán
va, pedaleando, el joven adolescente, Orlando.
Académica y formativamente gana etapas intermedias
suma, multiplica y divide en Latín, Inglés, Frances y Español
filosofa, ora y trasciende mental y espiritualmente.
Etapa alpina
Vuela por el aire y navega en las aguas
un carisma misionero se le ofrece “A la mano” en el recorrido
el joven Orlando lo escucha, lo mira y le responde: SÍ
Misionero de la Consolata entre las colinas de Rómulo y Remo
los picos pirineos, los lagos y los museos europeos
corriendo entre aulas, bibliotecas, parques y oratorios
Etapa del altar
En el Santuario, allá en Fátima, a los pies del Nevado señorial
Su primer formador, ahora conciliar Monseñor,
Ángel custodio del amazónico Caquetá
le confiere, solemnemente, la Ordenación Sacerdotal.
Amanece para la gran Familia Hoyos el 1 de septiembre de 1.974
con Ariel, su hermano, como concelebrante principal.
Etapa misionera
Idas y venidas intercontinentales América – Europa – África
formación, animación, comunicación, evangelización
siempre en la ruta, con subidas y bajadas
hasta escalar el podio dorado
Muchos han quedado atrás, algunos ya han partido
Todos bridamos y decimos: ¡Bravo Orlando!,
con Hoyos y huecos has corrido hoy te aplaudimos y celebramos contigo.