Primera profesión religiosa de 16 jóvenes misioneros

Celebración de la primera profesión religiosa en Sagana, Kenia. Foto: Adolphe Mulengezi

La familia de la Consolata se alegra cn la primera profesión religiosa de 16 jóvenes misioneros: ocho terminaron el noviciado en Sagana, Kenia, mientras que los otros ocho en Morogoro, Tanzania.

Por Adolphe Mulengezi *

La profesión religiosa de los jóvenes marca la conclusión del noviciado, un periodo dedicado a profundizar en su vida espiritual, comprender el carisma de la congregación y crecer en la oración y la vida comunitaria para la misión.

Gente de toda Kenia se reunieron en Sagana para la celebración. Los ocho jóvenes misioneros que profesan sus votos en Sagana son originarios de países como la República Democrática del Congo, Tanzania, Mozambique y Kenia.

La misa fue presidida por el Superior General de los Misioneros de la Consolata, padre James Bhola Lengarin, y concelebrada por numerosos sacerdotes. Fieles cristianos, religiosos y religiosas participaron para presenciar este momento significativo en la vida de las personas consagradas.

El Superior General, padre James Lengarin

En su homilía, el padre Lengarin subrayó el significado de la decisión de los jóvenes misioneros de unirse a la Familia de la Consolata. “Vuestra opción es un compromiso de servir a Dios, de buscarle y de dedicaros al servicio de la humanidad”, subrayó el Superior General. “Aunque sois de países diferentes, vuestra misión trasciende las fronteras, sirviendo a personas de todas las naciones”. Basándose en Génesis 12:1-4, donde Dios llama a Abraham a dejar su tierra natal, el padre Lengarin estableció un paralelismo con la voluntad de los misioneros de dejar sus hogares para servir a Dios y a su pueblo. Concluyó animando a los jóvenes misioneros “a tener fe y confianza en Dios, que los ha llamado a su servicio dentro de la familia de la Consolata”.

Como parte de la ceremonia, los jóvenes neoprofesos recibieron las Constituciones del Instituto y la cruz, símbolo de su compromiso y de los valores de la congregación.

El maestro de novicios, padre Geoffrey Kiria, que orientó a los neoprofesos durante su año de noviciado, expresó su aprecio por su crecimiento espiritual. “El noviciado es un tiempo precioso y he visto a estos jóvenes crecer espiritualmente, comprendiendo el carisma de la congregación y respondiendo positivamente a la llamada de Dios”, dijo.

Novicios con el maestro y el vicemaestro en el Noviciado de Sagana, Kenia.
Morogoro, Tanzania

Al mismo tiempo, ocho jóvenes misioneros de la Consolata del noviciado de Morogoro (Tanzania) también celebraron su primera profesión religiosa. La misa fue presidida por el padre Vedastus Kwajaba, delegado del Superior Regional de Tanzania.

Victus Tarimo, de 26 años, uno de los ocho jóvenes misioneros que emitieron sus votos en Morogoro, expresó su “alegría y gratitud al Señor por el don de la vocación y por la familia religiosa a la que se ha unido”. También agradeció a sus compañeros de noviciado el camino compartido en la oración, la vida comunitaria, los talentos, los valores y las alegrías experimentadas durante el año de noviciado”. Entre los novicios de Morogoro hay dos de Mozambique, tres de Uganda, dos de Kenia y uno de Tanzania.

Celebración de la primera profesión en Morogoro, Tanzania: Foto: Paulino Madeje

Victus Tarimo agradeció especialmente a su maestro de novicios, el padre Kennedy Kimathi, su dedicación y orientación a lo largo del año, durante el cual aprendieron sobre el Fundador, su espiritualidad y diversos aspectos de la vida religiosa.

La celebración de este año es especialmente importante porque el Beato José Allamano será canonizado el 20 de octubre en Roma. Estos jóvenes misioneros tienen la oportunidad única de unirse a la familia religiosa en el mismo momento en que el Fundador es reconocido como santo por la Iglesia.

La primera profesión religiosa de estos jóvenes misioneros es un testimonio del compromiso y del legado del Padre y Fundador, Joseph Allamano, ya que continúan el carisma en la misión de servir a Dios y a la humanidad en todo el mundo.

* Hermano Adolphe Mulengezi, IMC, es congoleño y estudia Comunicación en Roma.

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