Remar mar adentro

Fotos: CAM Consolata – Bucaramanga

La animación vocacional de los Misioneros de la Consolata en tres pasos. “¡Si quieres las vocaciones para la misión, trabaja con los jóvenes!; y si vas a trabajar con los jóvenes, ¡dales buenas propuestas, con una pastoral inteligente!”

Por Stanslaus Joseph Mnyawami *

Los jóvenes y adolescentes constituyen la gran mayoría de la población de América Latina y el Caribe. Presentan un enorme potencial para el presente y el futuro de la Iglesia y de nuestros pueblos, como discípulos y misioneros del Señor Jesús… (DA 443). Así lo ha planteado el Documento de Aparecida, señalando la riqueza poblacional juvenil del continente.

Por otro lado, de esta juventud del continente, la Iglesia Particular y los Institutos de la Vida Consagrada deben contar con el surgir de las vocaciones misioneras Ad Gentes. Pero los Institutos Misioneros están viviendo una época muy complicada en cuanto a la disponibilidad de los jóvenes de responder a las vocaciones sacerdotales y religiosas. Aun así, Jesús sigue diciendo hoy también “tiren la red y encontraran” (Jn 21, 6). A su vez.

El Proyecto Misionero Continental América, inspirado por el Capítulo General XIII, reconoce una dificultad de entrar en contacto con los jóvenes. Sentimos su ausencia en los distintos espacios (escuelas, universidades, entre otros y también en nuestro culto, catequesis y pastoral juvenil. Esta es una parte de la lectura de la realidad actual del continente que los Misioneros de la Consolata señalaron.

En la Región Colombia con la AMJV se había optado por trabajar intensamente con l juventud por medio de varias plataformas juveniles. La premisa es “¡si quieres las vocaciones para la misión, trabaja con los jóvenes; y si vas a trabajar con los jóvenes, dales buenas propuestas, con una pastoral inteligente!” De esta línea, nacieron tres pasos para trabajar la pastoral vocacional: pro-vocación misionera; con-vocación Ad Gentes y ad-misión a la formación de la misma.

A lo largo de los años algunos jóvenes respondieron a la vocación sacerdotal misionera. Muchos conocieron la misión de Jesús en el mundo, otros se convirtieron en animadores misioneros laicos de otros jóvenes; en fin, las plataformas juveniles se fortalecieron. Vale la pena agradecer también la intercesión de la Virgen María Consolata y del Beato José Allamano, fundador y Padre de Misioneros.

En el año 2018 la AMJV en el Continente Americano lanzó el Bienio Vocacional para reavivar el don que tuvo inicio el 16 de febrero de 2019. Hay varias propuestas para revitalizar y reestructurar el acompañamiento vocacional. En esta ocasión, voy a hablar sobre las experiencias de la implementación de las diversas iniciativas en la secuencia pro-vocación, con-vocación y ad-misión planteada arriba en Colombia.

PRO-VOCACIÓN

Hay varios espacios juveniles de pro-vocación misionera, tales como: Campamento Juvenil Ufalme; Escuela de Liderazgo Misionero Juvenil (ELJM); Expo-carismas con los bachilleres del grado 11; la Semana de Misión Universitaria en la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB); la Misión de Semana Santa y Navidad con los jóvenes bajo el programa Universitarios y Profesionales en Misión; Caravana Misionera de Jesús; Convivencias del Proyecto Educativo; Otro Mundo Posible con los estudiantes en los colegios Aguapanelazo; Gira Vocacional, entre otras. Se ha llevado a cabo estos programas en el CAM Bucaramanga y desde la Formación (CAF, Filosófico y Propedéutico).

La apertura del Bienio vocacional IMC se ha visibilizado en las comunidades IMC en Colombia. En Bucaramanga se realizó en la fiesta del Beato José Allamano en la Parroquia de la Consolata con la temática, símbolos y gestos vocacionales con la presencia de los feligreses y muchos jóvenes. La propuesta de esta circunscripción ha sido garantizar un referente vocacional en todas las comunidades locales.

Desde Bucaramanga, la primera gira vocacional la hicimos del 28 al 31 de mayo de 2019, recorriendo los lindos pueblos, templos  y colegios del interior, al suroriente del departamento de Santander: Curití, Charalá, Riachuelo, Mogotes, Onzaga y Socorro. Coordinamos las visitas con los rectores de colegios y los párrocos.

 Gracias a la Fraternidad Eclesial y a la Divina Providencia nuestro equipo de cinco animadores misioneros tuvo una buena acogida con el hospedaje y la alimentación totalmente gratis. Interactuamos con los estudiantes de grado diez y once visibilizando la misión y la vocación misionera Ad Gentes con dinámicas juveniles. Creamos una base de datos con los nombres de lo que les gustaría conocer más nuestras actividades juveniles, para un seguimiento con ellos. En nuestros colegios bilingües IMC también se ha creado un semillero de jóvenes líderes.

La segunda gira vocacional la hicimos del veinte cuatro al veintiseis de agosto de 2019 visitando el Nororiente de Santander: California, Suratá y Matanza. Los colegios y parroquias que visitamos nos acogieron muy bien. De esas dos giras vocacionales han surgido algunos jóvenes que se interesaron por la vocación misionera Ad Gentes, aunque algunos eran de otros lugares.

CON-VOCACIÓN Y AD-MISIÓN

El paso de Con-vocación Ad Gentes la hemos realizado invitándolos a un encuentro vocacional en los días veintiuno y veintidós de septiembre 2019. Se creó un grupo de whatsapp con todos los jóvenes candidatos para mantener una comunicación constante, aclarar dudas y aportar información vocacional con ellos. Allí se compartía los audios de PROVOCAME. Este paso ayudó a hacer la travesía de la Pro-vocación a la Con-vocación con asuntos vocacionales más específicos. En los dos días los jóvenes aspirantes tuvieron momentos de lectio divina, adoración al Santísimo Sacramento (intimidad con Jesús), diálogos personalizados, exposiciones vocacionales, momentos de espiritualidad, experiencia misionera del Aguapanelazo y dinámicas pedagógicas de la voz que llama con ojos vendados. Concluimos el encuentro con la celebración eucarística en la Parroquia donde los aspirantes se presentaron a toda la Asamblea Dominical.

En diciembre, el paso de la Con-vocación a la Ad-misión, se realizó en Bogotá con los llamados a la misma de todas las zonas y allí se hizo un discernimiento final para los jóvenes que iniciarían el Propedéutico.

De toda esta experiencia, tuvimos algunos jóvenes admitidos. No obstante, los “peces” alcanzados no han sido tan abundantes al estilo de la “pesca milagrosa,” pero sirvió también para sacar varios aprendizajes que pueden iluminar la animación y el acompañamiento vocacional. Primero, la vocación misionera Ad Gentes IMC es más difícil para muchos jóvenes, pues implica una consagración ad vitam, ad-pauper y Ad Gentes. Es desafiante, ya que no se trata de un compromiso a medias. Esta vocación le exige al joven candidato comprometerse a dejar su familia y su país para ir más allá de las fronteras.

Segundo, hay que remar mar adentro (Duc in altum). Normalmente, se acompaña a muchos jóvenes con inquietudes pero finalmente son pocos los que inician el Propedéutico. Hay muchas razones como problemas familiares y otros factores que influyen a la hora de tomar la decisión final de parte de un joven llamado a la vocación. Conviene realizar visitas personalizadas a las familias de los jóvenes. A los seminaristas diocesanos o de otros Institutos hay que pedirles informes de los formadores anteriores. Sería bueno también seguir multiplicando los escenarios donde encontrar vocaciones, incluyendo las redes virtuales.

Tercero, muchos jóvenes durante su proceso inicial todavía no tienen mucha claridad sobre lo que implica esta vocación; hay que considerar el tiempo sin apresurarse para ir conociéndolos mejor. Es para eso que existe el año Propedéutico que les va orientando con más elementos propios para su discernimiento vocacional. El acompañamiento inicial sólo les abre una oportunidad para tomar con responsabilidad su inquietud vocacional, la decisión más clara se llevará a cabo a lo largo del año Propedéutico y durante la formación de base.

Para concluir, debemos seguir caminando con la animación vocacional con convicción, testimonio, esperanza y creatividad, sabiendo que es Jesús quien llama. Los animadores somos tan solo acompañantes. Además, aunque estamos contribuyendo con la formación de muchos jóvenes y aportando a las vocaciones de la Iglesia Local en América. Tengamos presente que nuestro Instituto IMC también necesita vocaciones propias para seguir con la Misión Ad Gentes con Jesús, el consuelo por excelencia para la humanidad. ¡Que así sea!

P. Stanslaus Joseph Mnyawami, IMC – AMJV Colombia

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