Estamos viviendo un momento de gracia y de mucha alegría en nuestra familia Consolata: la Canonización del Padre Fundador José Allamano. El acontecimiento ocurrió en Roma y alrededor del mundo seguimos unidos por las redes sin importar la diferencia de fuso horario.
Por Beni Kapala *
Todos hemos logrado ver y escuchar al Papa Francisco pronunciar el rito de santificación, sentir la emoción desbordada por este maravilloso acontecimiento, la alegría de tantos sacerdotes, religiosas, laicos, con diversidad de idiomas, pero en un solo corazón, reunidos celebrando como la gran familia que soñó San José Allamano y ahí, en Italia, justamente donde inició este gran proyecto misionero y que hoy es una realidad en 35 países de cuatro continentes.
En Venezuela, siete días después, el 27 octubre, como familia Consolata tocamos ese “pedacito de cielo” en la Misa de acción de gracias por la Canonización del Fundador, que se llevó a cabo en el Santuario a Nuestra Señora de Coromoto, ubicada en el Paraíso, Caracas. Esto, gracias a la gentileza de los padres Redentoristas, que no solo facilitaron el Templo, sino espacios para el compartir de un rico almuerzo posterior a la celebración.
En esta fiesta estuvieron presentes el padre Nebyu Elías, superior del IMC y Monseñor Lisandro Rivas, IMC, quienes recién regresaron de Roma y nos transmitieron todas esas maravillosas impresiones de lo vivido en Italia en este tiempo de gracia para los Misioneros e Misioneras de La Consolata.
Junto a ellos, contamos con la presencia de los padres Misioneros e hermanas de La Consolata que trabajan en Caracas, padre Ricardo Guillén director de las Obras Misionales Pontificias (OMP), padre Alfredo Infante, Superior de Los Jesuitas en Venezuela, el padre Gonzalo Becerra, Superior de los Redentoristas y el Diácono permanente Eduardo Jiménez quien proclamó el Evangelio.
Fue una celebración muy emotiva e inolvidable para los que hacemos parte de esta gran familia, amigos, bienhechores, congregaciones religiosas amigas y feligreses en general. Todos vivimos una Eucaristía impregnada del ardor misionero que nos heredó el nueve Santo de toda la Iglesia.
Debemos resaltar que, antes de la misa, tuvimos la XXII Caminata Juvenil Misionera, la cual se realiza todos los años durante el mes de las misiones, y en esta oportunidad se desplazó por las calles aledañas, hasta el templo y cuyo responsable principal es la familia Consolata en colaboración con la OMP y la Pastoral Juvenil de Caracas. Para ese evento se convocan jóvenes de los colegios, parroquias, movimientos juveniles para hacer animación misionera y hacernos más conscientes del compromiso adquirido en el bautismo, este año con especial énfasis en la persona de San José Allamano, misionero por excelencia.
Durante el recorrido de la caminata hubo cantos, dinámicas, animación y reflexiones de temas y desafíos actuales de interés para los jóvenes. Resaltamos la genialidad y creatividad de los grupos responsables.
Cabe notar que en todas las nuestras presencias misioneras (Barquisimeto, Barlovento, Tucupita y Nabasanuka) se vivió momento de oración de acción de gracias.
La alegría que hoy sentimos es una gran bendición. Somos felices por hacer parte de la familia Consolata, por eso pedimos a Dios que nos ayude a mantener este entusiasmo vivo y que nos fortalezca para trabajarnos siempre en comunión. Que San José Allamano, siga intercediendo por nosotros.
Con un corazón contento le decimos: ¡Gracias Señor, gracias por tan grande regalo!
* Padre Beni Kapala, Equipo de comunicación IMC Venezuela