Beato José Allamano, inspirador permanente de la misión ad gentes

El día 16 de Febrero celebramos la fiesta litúrgica del Beato José Allamano

El amor que da sentido a toda la vida del Beato José Allamano  es la misión. Fue su gran preocupación. La vocación misionera del Beato José Allamano nació en su corazón desde muy joven, la cultivó santamente y con mucha constancia la llevó adelante hasta hacerla crecer, como árbol grande, y con abundantes frutos.

Por Lorenzo Ssimbwa *

Fue Padre de misioneros, fundando los Institutos de los misioneros y de las misioneras de la Consolata. Sus misioneros llevan hasta los confines del mundo la consolación de María, Jesucristo, único Salvador del mundo. Hoy más de cien años de la fundación, su familia misionera anuncia el Evangelio en África, América, Europa y Asia, cumpliendo el lema que le dejó: “Anunciarán mi gloria a todos los pueblos” (Is 66, 19).

El pensamiento del Beato José Allamano acerca de la misión ad gentes

La misión ad gentes, se entiendecomo “actividad primaria de la Iglesia, esencial y nunca terminada que indica el primer anuncio del evangelio, la fundamentación o implantación de la Iglesia en los diversos pueblos, la evangelización universalista, la puesta en práctica de la realidad de Iglesia sacramento universal de salvación” (RM 31). En el pensamiento del Beato José Allamano se encuentran claramente los principios de la misión ad gentes especialmente su naturaleza y sus exigencias tal como se muestra a continuación:

Fundamento trinitario

La misión para el Beato José Allamano es el mandato que tiene su origen en Dios Padre quien envió al Hijo con su Encarnación y que Éste transmite a la Iglesia que Él mismo fundó. José Allamano aclara al respecto:”El Padre envió al Hijo, el Hijo envío a la Iglesia” (Conferencia. III, 469). “Acuerden siempre de esta misión divina que los superiores les dan en nombre de la Iglesia, la cual la han recibido de Jesucristo y Él de su Padre; por lo tanto es como si viniera directamente del Padre Eterno” (Conferencia. III, 469).

Línea cristocentrica

La línea cristocentrica es una de las coordenadas del pensamiento del Beato José Allamano sobre la misión. El Beato José Allamano reitera que Cristo es quien fue enviado; cualquier otro envío deriva de la misión de Cristo: Jesucristo envió a sus apóstoles y a los hombres apostólicos de todos los tiempos” (Conferencia. I, 650). “Jesucristo (…) transmite su propia misión a los misioneros, empezando por sus apóstoles” (Conferencia. III. 370). Así que, todos los misioneros son enviados a evangelizar por Jesucristo a través de la Iglesia.

Dimensión eclesial de la misión ad gentes

Para el Beato José Allamano, la misión ad gentes está íntimamente ligada a la Iglesia. La misión ad gentes y la Iglesia son inseparables. No hay misión ad gentes sin la Iglesia. La Iglesia recibió el mandato de Cristo, lo conserva y consecuentemente es ella quien ahora envía. El Beato José Allamano corrobora eso con las siguientes afirmaciones: “La Iglesia es depositaria de la misión de Jesucristo” (Conferencia. I, 650). “Yo también te envío en nombre del Papa a la misión de Kenya…para continuar el cumplimiento de aquellas palabras de Jesucristo. Vayan…” (Conf. I, 264). “El Hijo ha enviado a la Iglesia y la Iglesia por medio mío les envía a ustedes” (Conf. III. 469).

La inspiración de José Allamano sobre la misión ad gentes

El Beato José Allamano es un inspirador permanente de la misión ad gentes especialmente para los misioneros y misioneras de la Consolata. La inspiración de José Allamano está en su convicción de la suma importancia de la misión ad gentes y el verdadero lugar que debe ocupar en la Iglesia. En su pensamiento, la misión ad gentes se vincula con la esencia misma de la Iglesia, con la obra de la Encarnación que la Iglesia continua siempre en el mundo y en la historia.

En incontables ocasiones a través de varias conferencia aclaró ese aspecto: “Su misión es la misma de Jesucristo: Misión divina” (Conferencia I, 83). “He aquí la legitimidad de su mandato; mandato divino, porque también a ustedes Jesús dirige las mismas palabras que a los apóstoles y a los misioneros que los precedieron, aquellas palabras; como el Padre me envió así los envío Yo” (Conferencia I, 128). “La vocación al apostolado es obra divina, de cooperación a la Redención y de ministros de la Iglesia” (Conferencia., III, 285).

Para el Beato José Allamano el misionero participa íntimamente de la misión de Jesucristo y es continuador de la única y misma misión. “El misionero, llamado a estar al lado de la misión de Jesús, debe unirse a Él totalmente…” (Conf. I, 95). “Nosotros que nos ponemos al servicio de esta misión de Jesucristo y tenemos que continuar su manifestación a los gentiles…” (Conf. I, 363). “Les dirijo las palabras que Jesucristo dijo a los apóstoles después de su resurrección al enviarlos a convertir el mundo. Vayan… Jesús también hablaba a los sucesores de los apóstoles, a todos los que habían asumido y ejercido el ministerio apostólico hasta el fin del mundo. Se dirigía a los hombres apostólicos hasta llegar a ustedes y a cuantos los sucederán en el apostolado misionero” (Conf. III, 625).

Conclusión

Al servicio de la misión que Cristo depositó en su Iglesia, el Beato José Allamano fundó la familia misionera de la Consolata con los dos Institutos, primero el de los misioneros (1901), y después el de las misioneras (1910), fundaciones que son fruto de su experiencia de fe, oración y sacerdocio vivido con intensidad. Se hizo misionero y padre de misioneros en obediencia y en plena disponibilidad y dependencia del Espíritu Santo. Por eso se puede afirmar que, en el pensamiento del Beato José Allamano su preocupación principal fue la expansión de la Iglesia y la propagación del Reino de Jesucristo.

* Padre Lorenzo Ssimbwa, IMC, trabaja con la población afro de la diócesis de Buenaventura, en Colombia.

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