Caminos y sentidos: envío misionero de joven colombiano

El pasado 27 de Febrero del 2022, celebramos en la Parroquia Madre de las Misiones, Modelia – Bogotá, una solemne, emocionante y significativa Liturgia Eucarística, presidida por el Superior de los Misioneros de la Consolata en la Región Colombia, acompañada por varios misioneros, familiares, amigos de Pacho y muchos fieles de la comunidad parroquial.

Caminos recorridos

Como todo ser humano, Pacho en sus 29 años ha recorrido un camino con varios trechos o etapas que lo ha traído a este presente festivo y proyectivo. Re-pasemos (pasemos por la memoria racional) o re-cordemos (pasemos por la memoria del corazón) algunos instantes, pasos o acontecimientos que fueron sumando, en el pasado, para construir este presente:

La Familia

Un encuentro fecundo y fiel, en Bogotá, entre Francisco, de Lloró – Chocó y Blanca Marina, de Villa Pinzón – Cundinamarca. Cinco hijos, cuatro hermanas y Edwin (25/06/1993), número interesante para conformar un hogar con afecto, fe, dirección, casa y pan.

El Colegio

Otro encuentro, esta vez en la escuela y el colegio (Francisco Javier Matiz), fue sembrando inquietudes y generando búsquedas intelectuales, de pronto orientadas por la ingeniería electrónica o por la psicología, de alguna manera entre las ciencias técnicas y las sociales, mezcladas con el deporte, la aventura y los amigos.

Las ESPERE

Fue allí, en el Colegio, donde un día llegaron las ESPERE (2007), Escuelas de Perdón y Reconciliación, gestadas, inspiradas y acompañadas por el P. Leonel Narváez, Misionero de la Consolata, sociólogo y teólogo de formación, con amplia experiencia de solidaridad entre los pobres del Norte del Kenia – África y del Caquetá – Putumayo, en Colombia. Las ideas del cuidado, la empatía, la justicia restaurativa, el perdón y la reconciliación, entre otras, encajaron en la mente y el corazón del joven con raíces Afro. Ahí encontramos al adolescente Pacho participando de campamentos formativos y encuentros de perdón y reconciliación, con muchos otros jóvenes, a nivel país.

La Central de Juventudes – CEDEJ

Coincidencias (casualidades) o “diosidencias” (providencias divinas), las ESPERE le mostraron la Central de Juventudes a Pacho  y allá lo encontramos, en la Capilla, Cachipay – Cundinamarca, con su entusiasmo, simpatía y peinado afro, enrolado en la Escuela de liderazgo masculina ELIM 217, en el 2009 y como “Misionero de la Juventud”, con otros compañeros, en Ibagué – Tolima, participando de la Pastoral Juvenil arquidiocesana (2010), anunciando, implementando y animando la “Misión continental”, lanzada al final de la  Quinta Conferencia General del Episcopado de Latinoamérica y el Caribe (13 – 31 de mayo de 2007), en el Santuario de Nuestra Señora Aparecida (160 km de la ciudad de São Paulo – Brasil).

La Misión Continental, como tiempo de gracia para la Iglesia peregrina en América Latina y el Caribe, es una ocasión extraordinaria para que los fieles tomemos conciencia de nuestra fundamental vocación cristiana, como discípulos del Señor Jesús, llamados a estar con EL e ir, como misioneros, enviados por la Iglesia, más allá de nosotros mismos, nuestras familias, parroquias, barrios, ciudades y países, inclusive más allá de nuestras Iglesias, religiones, culturas y espiritualidades, al mundo entero, para Anunciar y Testimoniar el Evangelio a toda la “comunidad de la vida” y contribuir en la implementación de ese Reino de Dios que anuncio Jesús con su vida y acción, que no es otro que el reinado del amor y la fraternidad universal.

Otro mundo posible

Mientras los caminos los pueden recorrer todos los seres vivos, los sentidos los puede descubrir y perseguir, únicamente el ser humano. Sí, descubrir (des-cu-brir) y perseguir (per-se-guir). Dos verbos que, leídos y entendidos desde sus raíces etimológicas latinas, discooperire (con su doble prefijo dis y co – operire, nos habla de “destapar algo que antes se había tapado o había permanecido oculto y hacerlo co, con otros, en compañía o cooperación) y persequi (compuesto del prefijo per, por completo y a favor de … y sequi, intentar alcanzar, seguir ininterrumpidamente, nos permiten entender mejor el “envío misionero de Francisco Martínez López”, simplemente Pacho.

En Ibagué, por esas sincronías que, desde la fe, las podemos identificar como divinas, voluntad de Dios, se encuentran El P. Alonso Álvarez Quintero (+ 2019), misionero de la Consolata reintegrado a Colombia después de más de 25 años afuera, estudiando y trabajando entre Italia y la República Democrática del Congo, y el joven Pacho. Sueños y búsquedas se mezclan e intercambian. Los ideales de “Otro mundo posible”, afirmados en los Foros Sociales, iniciados en Puerto Alegre – Brasil, frente al intento del “pensamiento único”, del “Consenso de Washington” y del “fin de la Historia” que solo veían la vía capitalista neoliberal, llamaban la atención de los dos y otros jóvenes más.

Así fueron viajando, como discípulos misioneros del Señor Jesús, caminando, navegando y volando por el país, de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, de vereda en vereda, de escuela a colegio y universidad, con el Portafolio de un Proyecto Pedagógico denominado, precisamente, “Otro Mundo Posible” (Reino de Dios),  implementado, presencial y virtualmente, por “Equipos de vida y misión”, a través de procesos de animación, formación y consolación-liberación, por medio de escuelas de liderazgo juvenil, convivencias, retiros, campamentos, experiencias misioneras, congresos de consolación y solidaridad con los excluidos o habitantes de calle,  diplomado sobre el arte de escuchar. Todo con una metodología alter mundialista y una espiritualidad cristiana, misionera y de consolación – liberación. Guiados por el Paráclito (el Otro Consolador) y de la mano de María Consolata y el Bienaventurado José Allamano. Siempre en sintonía y con el apoyo de los Misioneros de la Consolata.

Envío misionero

Este es el fin de un largo proceso que, en el caso de Pacho, hoy Psicólogo de profesión, de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz (2012 – 2017), especialista en Voluntariado Social por la Universidad de la Salle (2021) y Comunicador – Diagramador al servicio de la misión, culmina con la consignación del Crucifijo misionero, por parte del P. Armando Olaya, en el templo de la Parroquia Madre de las Misiones y dentro de una Eucaristía.  

Como Laico Misionero, Pacho ha presentado al Instituto Misiones Consolata su voluntad y disponibilidad, por tiempo indefinido, para la misión con el Instituto. Aceptada su propuesta-petición en el Consejo general, han elaborado un “Acuerdo de Agregación entre el Instituto Misiones Consolata y el Laico Edwin Francisco Martínez López”, firmado por Edwin Francisco, el P. Stefano Camerlengo, Superior General del Instituto, y el P. Pedro José da Silva Louro, Secretario General. Dicho Acuerdo viene acompañado de un Proyecto de implementación de la misión para Pacho, firmado por el P. Stefano Camerlengo, Superior General, el P. Padre Godfrey Portphal Alois Msumange, Consejero General para el Continente África, Padre Armando Antonio Olaya Rodríguez Superior Regional Colombia y Padre Peter Munguti Makau Superior Regional Kenia, que incluye formación en el Carisma Misionero de la Consolata y aprendizaje del Italiano, en Italia y una primera aproximación  a la misión y el aprendizaje del Inglés, en Nairobi – Kenia, antes de cualquier destinación a un lugar o actividad específica de misión.

¡Coraggio e avanti in Domino, pachito!

Salvador Medina, Misionero de la Consolata en Colombia

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