Venerable Madre María Berenice: Mujer colombiana en proceso de Canonización

Fotografías: Archivo Hermanitas de la Anunciación

Con esperanza de que el compartir experiencias en el servicio a la Causa de nuestra amada Fundadora, Venerable Madre María Berenice Duque Hencker, presento humildemente los dones recibidos del Espíritu Santo en este caminar cerca de ella, algunos hechos de su vida, otros relacionados con la fundación de la Anunciación y, finalmente, mis relaciones con ella y al servicio de su causa de canonización, como Postuladora.

*H. Alix Mercedes Duarte Roa

Pinceladas de su vida  

María Ana Julia (nombre de pila) nació en Salamina – Caldas, hija de Antonio José Duque Botero y Ana Berenice Hencker Rister; bautizada el 16 de agosto de 1898 en la Parroquia de Salamina, el 31 de octubre de 1902, recibe el Sacramento de la Confirmación y el 7 de septiembre de 1907, la Primera Comunión.

De su mamacita recuerda: “Desde pequeñita me hizo conocer y amar a la Santísima Virgen, me daba flores y luces para que se las ofreciera”. El abuelito paterno, le enseñó a leer vidas de santos y le cultivó el amor a la soledad y al silencio, parar amar a Dios. Sus padres la llevan a estudiar al colegio de las Dominicas de la Presentación, allí cultiva la vocación, e ingresa en 1917 al Noviciado. Celebra la Profesión y luego ejerce la pastoral educativa en los Colegios de San Gil, Ubaté, Rionegro, Manizales, Fredonia y Sonsón. En Medellín colabora en la formación de las novicias, y trabaja con las mujeres marginadas, campesinas, pobres y trabajadores de empresas de textiles como Coltejer y Fabricato, etc.  (Datos tomados de su Autobiografía).

Fundación de la Anunciación.

En el servicio apostólico en Medellin, encuentra doce jóvenes que quieren ser religiosas pero que eran impedidas por su condición económica y social. En la Autobiografía dice que, en un sueño, el Corazón de Jesús le dijo: “Te lo pido todo”. Palabras que ella interpretó como una llamada y las entendió como una efusión de gracia y misericordia de Dios, para la obra que discernía fundar con las jóvenes. Consulta a la Provincial de las Dominicas, Madre María Inés y al arzobispo de Medellín, Monseñor Joaquín García Benítez, ellos la apoyan y el 14 de mayo de 1943 nacen las Hermanitas de la Anunciación. Desde el inicio se enfocó por el servicio apostólico a las familias.

El 15 de agosto de 1957, la Madre María Berenice funda, con jóvenes negras, las Misioneras Franciscanas de Jesús y de María, consagradas al servicio de familias, especialmente Afro. El 8 de diciembre de 1965 funda La Domus Dei, Instituto Religioso Clerical, Misioneros de la Anunciación, para Sacerdotes y Hermanos, al servicio de los que sufren la marginación social, para mostrarles el rostro misericordioso de Dios.

Sirve como Superiora General hasta 1967, llevado la Congregación a varios paises de América Latina y Europa. Se dedica a escribir varias obras y se prepara para el encuentro con el Señor, que acontecerá el 25 de julio de 1993, tras sufrir una larga enfermedad.

Encuentros personales con la Madre Berenice

La Madre vive, desde 1946, el cierre de la Congregación en Medellín. Por obediencia viaja a Francia y regresa enferma a Bogotá, donde tratada y recuperada se dedica a trabajar con la Acción Católica, por petición de los Cardenales Antonio Samoré y Sebastián Biaggio, quienes siempre la ayudaron. La Superiora General de la Presentación, Teresa Augusta, la retorna a la Anunciación en 1950. Ella puede así reorganizar la Congregación y promover vocacionalmente la obra.

Esta servidora, llamada por el Señor, le escribe una carta en 1955, solicitando ingreso en la Congregación y la envié desde el colegio Nuestra Señora de Belén, en Salazar de las Palmas, donde estudiaba bachillerato comercial. Ella respondió, maternalmente, aceptando mi petición.

Viaje a Medellín en enero de 1956 acompañada de una tía paterna. Nos recibió y me brindo todas las orientaciones para iniciar la formación en el Aspirantado. Muy pronto me pidió que ayudara en la secretaria, lo que me permitió estar más cerca, comunicarme directamente con ella, recibir orientaciones y particularmente admirar muchas cosas de su vida espiritual, comunitaria y apostólica. Me mandó a hacer la Normal Superior en el CEFA y luego a estudiar en la Universidad. Después fui destinada a servir, como educadora, en colegios de Medellín, Fresno, Candelaria y Pradera. Otra experiencia fue la fundación de las primeras obras en Venezuela, donde ella nos visitó maternalmente y orientó en el apostolado.

Camino hacia la Postulación

Más tarde me eligieron para el Consejo General, donde serví por 18 años como Consejera y Secretaria General. Pude visitar Nuestra Fundadora en la Casa Madre, donde vivía la ancianidad en silencio y humildad.  Cinco años después de su muerte, en 1998, se inician los trámites para su canonización, con el apoyo de Monseñor Alberto Giraldo, arzobispo de Medellín. En el Consejo General se propuso preparar una Religiosa para el servicio en la postulación y designaron a esta servidora. En 1999 viajo a Roma, hago el curso de Postuladora en la Congregación de los Santos y al mismo tiempo estudio Teología Espiritual en el Angelicum. El Consejo General me nombra Postuladora y la Congregación de los Santos lo confirma.

Inicialmente se tramita la aprobación de la Causa por parte de la Conferencia Episcopal de Colombia, luego se realiza el proceso diocesano, con la participación de más de 70 testigos: obispos, sacerdotes religiosas, laicos y familiares, concluye en el 2003. El proceso romano se abre en el 2004. 

¿Qué me ha enseñado este servicio?

En este servicio de postuladora, prestado por 21 años, que considero complejos, aprendí que la acción del Espíritu Santo no falla, si hay amor y confianza. A Él pedí, desde el primer momento, que me guiara, ¡que lo hiciera todo! Doy gracias por su amor providente en este camino.

La Congregación de los Santos, para el proceso romano, nombra como Relator de la Causa a Monseñor José Luis Gutiérrez, con una amplia experiencia. Con su asesoría se elabora la Positio, documento donde se presenta la vida, virtudes heroicas practicadas por ella y, en la tercera parte, cuestionarios para los testigos, declaraciones, documentos, informes de las comisiones histórica y teólogica y un estudio de las libretas Espirituales y anexos. Este trabajo me permitió estudiar, profundizar y discernir la vida y misión de Madre María Berenice, en su camino a la santidad.

Entre los hechos más significativos destaco: el reconocimiento de la heroicidad de las virtudes, que llevó al paso de Venerable. La aprobación del Milagro por parte de los médicos de la Congregación. El Congreso de los Teólogos que aceptó positivamente la Causa. Está previsto que en junio los Cardenales presentarán el informe al Santo Padre y luego vendrá el Decreto de la beatificación. Como lo aprendimos de ella, nos abandonamos al querer de Dios.

Gracias Jesús, gracias María, gracias José nuestro buen Padre, como lo llamó nuestra Fundadora, por el don de Madre Maria Berenice a la Iglesia, aceptamos el querer de Dios en este camino hacia su beatificación.

 *H. Alix Mercedes Duarte Roa, – Postuladora

Hermanita de la Anunciación

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