La paz se logra con procesos de perdón y reconciliación

La Fundación para la Reconciliación cuenta con las Escuelas de Perdón y Reconciliación (ESPERE). Fotos: El Catolicismo

La Fundación para la Reconciliación cumplió el pasado 14 de marzo 21 años de haber sido creada por el padre Leonel Narváez Gómez, sacerdote y sociólogo de la comunidad Misioneros de la Consolata y actual presidente de esta institución.

Es una fundación sin ánimo de lucro, que trabaja en facilitar, diseñar e implementar  propuestas relacionadas con el perdón, enseña de manera pedagógica herramientas claves para facilitar la resolución pacífica de conflictos.

También, como sanar las heridas del corazón, prevenir y superar los actos violentos en cualquier circunstancia de la vida, ayudando a construir la paz desde el ámbito familiar hasta el social.

“Su misión se centra en la contribución de la paz y la feliz convivencia en Colombia y en el mundo, promoviendo cultura, pedagogía, y espiritualidad del cuidado, el perdón y la reconciliación a partir de un grupo humano que se parece a lo que predica”.

“Una paz no se logra sin procesos de perdón ni reconciliación. Colombia es un país con heridas abiertas y esto se convierte en retaliación y más violencia”. Afirma el padre Leonel Narváez.

La sede de la Fundación para la Reconciliación en Bogotá, Colombia.
Para poder perdonar es necesario sentir la misericordia de Dios

La Fundación para la Reconciliación cuenta además con las Escuelas de Perdón y Reconciliación (ESPERE), un proceso pedagógico para sanar las heridas, transformar la memoria ingrata, generar prácticas restaurativas y brindar herramientas para recuperar la confianza. 

En 20 años de trabajo, las ESPERE han llegado a más de 2 millones de personas en 23 países en los que la metodología ha sido adaptada a diversas poblaciones. 

“Desde el 2003 se han capacitado multiplicadores de los modelos pedagógicos en varios países del mundo, creando redes en el barrio, la parroquia, la empresa, el colegio, la universidad y la familia, colaborando así con el advenimiento de la paz y del progreso de las comunidades y de las personas”. Enfatiza  el padre Narváez.

El 21 de septiembre de 2006, en Paris, la Fundación para la Reconciliación recibió la mención especial del premio educación para la Paz de la UNESCO, por sus esfuerzos en introducir el concepto de “Educación emocional” como un promotor del perdón y la reconciliación.

Y, en el año 2007, recibe también el premio “Orden a la Democracia”, Simón Bolívar.  Y, el 1 de septiembre de 2011,  en Bogotá, el premio “Emprender Paz de la alianza con Nestlé por la metodología de centros de convivencia, paz y reconciliación”; entre otros galardones y reconocimientos a nivel nacional e internacional.

“El tema del perdón y la reconciliación son herramienta para el bienestar, es el corazón del evangelio, en todas partes el gran trabajo que hace Jesús es mostrar la misericordia del Señor, para que nosotros aprendamos a hacer lo mismo con los demás”. Una paz que no tiene perdón no va a durar mucho , no es sostenible. Una fe que no práctica la compasión hasta ahí llegó, porque el perdón se da a quien no lo pide o a quien no lo merece”. Reitera el sacerdote.

Datos sobre el fundador

Elpresidente de la Fundación para la Reconciliación, padre Leonel Narváez Gómez, IMC, es filósofo, teólogo de la Universidad de San Buenaventura en Bogotá y Sociólogo con posgrados en la Universidad de Cambridge en Inglaterra, y Universidad de Harvard en Estados Unidos. 

Padre Leonel Narváez Gómez, IMC

Es sacerdote religioso de los Misioneros de la Consolata, comunidad fundada en Turín, Italia. Trabajó sus primeros 10 años como coordinador de desarrollo social de la Diócesis de Marsabit, Kenya, privilegiando su trabajo con las tribus nómadas en el desierto del Chalbi en los límites entre Kenya, Sudan y Etiopía. Organizó una extensa campaña de alfabetización y liberación socio-económica y cultural con grupos indígenas en la que el tema los derechos humanos jugó papel principal. 

Estuvo como representante de los Derechos Humanos en la Conferencia Episcopal de Kenya. De 1990 a 2000, trabajó en Colombia en el vicariato de San Vicente del Caguán y Puerto Leguizamo. Estuvo como responsable de la oficina de Desarrollo Social desde donde implementó programas de apoyo socio-económico en los departamentos de Caquetá y Putumayo a través del proyecto Grafam (Granjas Amazónicas).

Fue Fundador del Centro de Investigación y Formación Amazónica (CIFISAM). Durante el tiempo del despeje (1999-2001), facilitó los diálogos entre Gobierno y FARC. Hizo parte del comité temático de la negociación y colaboró para que los primeros contactos de los representantes del Gobierno se hicieran realidad. 

Entre sus escritos se destacan: Comparative conflicts. Capítulo: The Colombian case. Editorial, Tufts University. Boston, 2010. Manual de Perdón. Octava edición. Bogotá, Colombia, 2006. Manual de Reconciliación. Octava edición. Bogotá, Colombia, 2006. Editor de la publicación Filosofía política del Perdón y de la Reconciliación. Bogotá, Colombia, 2010. La revolución del Perdón. Ediciones San Pablo, Bogotá, Colombia, 2010, entre otros libros y publicaciones.

Hablar de perdón es hablar de reconciliación…

“Debemos pasar de la bestia al ángel de pasar de las ganas de la retaliación a las ganas de la compasión…la gran violencia está en la familia, en la calle, está en la escuela…los niños desde pequeños naturalizan la violencia, las ganas de venganza, el ajuste de cuentas…la venganza hecha casi religión y ahí está el cambio cultural grande que debemos dar los colombianos”. Finaliza el padre Leonel Narváez Gómez, filósofo, sociólogo y sacerdote misionero de la Consolata quien cumplirá próximamente 50 años de su ordenación sacerdotal, y quien es a continuación nuestro invitado especial:

Fuente: El Catolicismo – Arquidiocesis de Bogotá

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