Matilde Lucio: un camino de lucha guaraní

25 septiembre, 2020
Tags:

Falleció la líder indígena, Matilde Lucio, defensora de la cultura y de la identidad del pueblo guaraní en Argentina. Ella siempre decía: “Los jóvenes tienen que saber la nuestra lengua”. La semilla de su sabiduría permanecerá viva para siempre.

Por Tomas Ishengoma *

Matilde Lucio nació el 28 de octubre de 1948, en el lote Arrayanal, Departamento de San Pedro, Provincia de Jujuy, Norte de Argentina. Murió el 18 de septiembre de 2020 en El Bananal. Su nombre de nacimiento es Matilde, al casarse cambió para Amelia y su marido Vicente Segundo. Era hija de Luciano Lucio y Balbina Soria, la segunda de siete hermanos.

La actividad principal de su padre era “cortar caña” para el Ingenio La Esperanza, lugar donde tenían su vivienda, la cual fue construida con adobe y caña. Matilde al igual que su familia hablaba el idioma guaraní.

En el año 1958 la familia de Matilde toma el tren para viajar a la localidad de Yuto, a las fincas de El Bananal, donde vivía la hermana de su padre. En ese lugar la familia decide quedarse a vivir, para trabajar en la cosecha de citrus. La casa donde residían fue prestada por el dueño de la finca.

En el año 1964 conoce a Vicente Segundo, de origen guaraní de la localidad de Calilegua. En ese momento Matilde continuaba comunicándose con su familia empleando el idioma guaraní, no hablando el castellano.

Los primeros pasos

De este modo Matilde se dedica a las actividades domésticas. Meses más tarde reúne a sus vecinos de la finca, los cuales eran de origen Aba Guaraní, para organizar el festejo de Sagrado Corazón de Jesús. Así Matilde da sus primeros pasos en acompañar a sus vecinos hermanos guaraníes para realizar actividades en conjunto.

Matilde Lucio (al centro) fue una gran defensora de la cultura guaraní. Foto: Tomas Ishengoma

Para tal evento Matilde propone: “cada una de las familia ponga un poquito de su parte para hacer la fiesta”. Al año siguiente tiene su segundo hijo, llamado Oscar, quien hoy la acompaña en la lucha por el reconocimiento de la cultura aba guaraní. Así mismo Matilde continuaba animando a un grupo de mujeres para el rezo de la novena, y otras tareas relacionadas a la Iglesia.

Con la ayuda del sacerdote decide juntar a sus vecinos guaraníes, para luchar por mejores condiciones y respeto por su cultura e identidad. Fue así que en el año 1990, conoció el Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (EN.DE.PA), quien le brinda elementos y medios para continuar lo que ella venía realizando.

En el año 1992, después de golpear varias puertas, se despliegan los primeros encuentros, juntando a sus hermanos guaraníes, con el propósito de luchar por sus derechos como indígenas. Fue en esta oportunidad que es elegida como m’burubicha (líder) de su comunidad.

Los derechos guaraní

En 1994 Matilde acompaña a su hijo en la lucha por la reforma de la Constitución que se realizó en la Provincia de Santa Fe. En esta instancia logro el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígena en la República   Argentina, donde a través del Art. 75 inciso 17, son reconocidos sus derechos.

Caminata “Semillero de la Paz” en la parroquia San Miguel Arcángel, día 3 de Julio 2019, con la particiopación de 400 personas, recorrió diez kilometros . Foto: Tomas Ishengoma

Logrado este objetivo se intensifica la lucha para que sus derechos sean reconocidos por la sociedad envolvente y lograr la igualdad, y ser respetados por las autoridades gubernamentales.

Después Matilde junto a su hijo Oscar y otros guaraníes, viajaron a Bolivia, para reunirse con otros pueblos indígenas y compartir sus luchas. En el año 1995 el movimiento logra organizar la Asamblea del Pueblo Guaraní (A.P.G) El Bananal, en donde se reunían todos los hermanos, para “luchar por el reconocimiento de la identidad Guaraní”.

Es así que en el año 1997, logra organizar a las comunidades conformando la organización A.P.G, con el propósito de llevar adelante una lucha conjunta por sus derechos.

Paralelo a este trabajo, Matilde participa en las actividades de la Iglesia San Miguel Arcángel, donde es elegida como coordinadora de la Capilla Virgen del Valle, para realizar distintas tareas (limpiar el templo, preparar el altar, acompañar a las mujeres en las novenas).

De este modo Matilde invita al Obispo Marcelo Palentini de la Provincia de Jujuy, quien visita la comunidad. Después de eso, las familias fueron beneficiarias de construcción de casas. Matilde realizó su primer viaje al Brasil, para participar en el Encuentro Internacional de Pueblos Indígenas. En esta oportunidad ella representaba a la Argentina, en donde tuvo un espacio para hablar acerca de su cultura guaraní y de la lucha que estaba realizando como pueblo. 

Posteriormente, en el año 1999, viajó al Paraguay, junto a una hermana guaraní, para participar del II Encuentro Internacional de Pueblos Originarios. En este espacio Matilde relató en idioma guaraní la situación de su comunidad y la fuerza para seguir caminando en la lucha por el reconocimiento de la identidad del pueblo originario.

“Los jóvenes tienen que saber la nuestra lengua”

Desde allí fue intensificando su lucha, reuniéndose con otros guaraníes y de otras etnias de las distintas provincias del país, con el propósito de fortalecer la lucha y ganar el reconocimiento de las autoridades estatales de la sociedad en general.

A la vez, Matilde realizaba las fiestas del Arete Guazú (carnaval), en donde danzaban el pim-pim. Junto a otras hermanas de la comunidad, elabora la chicha y otros alimentos típicos del festejo.

Por ocasión del Día Internacional de la Mujer Rural, el 15 de octubre de 2012, Matilde Lucio recibió un premio internacional por la creatividad de la vida rural.

Las tierras

Por otra parte, el movimiento continuaba su lucha, para el otorgamiento de las tierras. Después de protestas y múltiples cortes de ruta, logran el reconocimiento de 4.100 hectáreas.

Siguió haciendo viajes al Ministerio de Educación para pedir la autorización de enseñar el idioma guaraní a los alumnos del establecimiento escolar de la zona. Finalmente, dicha petición fue autorizada a través de regímenes especiales, siendo posible enseñar el idioma a los niños que estudiaban en la escuela El Bananal Nº 242.

En el año 2000 logra generar un espacio en el comedor comunitario y en la escuela primaria de la comunidad, para enseñar el idioma guaraní a los niños. Después de realizar distintas gestiones, consigue edificar un salón propio de la Comunidad, lugar donde se reúnen para las asambleas, y para enseñar el idioma y artesanías de madera.

Así Matilde fue llevando la lucha, con mucha fe depositada en el amor de Dios, quien fortalece su caminar, para lograr junto a sus hermanos la valorización de la identidad guaraní y el reconocimiento de su cultura. Ella será siempre recordada como la defensora de los derechos indígenas.

* P. Tomas Ishengoma, IMC, es misionero originario de la Tanzania y trabaja en Jujuy, Norte de Argentina.

Contenido relacionado